Hace ocho años, setiembre se convirtió en el mes que le dio sentido a mi labor como escritor y promotor cultural. Este año, a pesar de la pandemia, no será distinto, será mejor: los días 22, 23, 24, 25 y 26 de setiembre realizaremos el VIII FIP Perú “Primavera Poética”. No será presencial ¿Cuándo la poesía ha necesitado de lo físico para alumbrarnos con su fuego?
Harold Alva
Escritor, editor y analista político. Ha publicado una veintena de libros, entre los que destacan Lima: la épica del desastre (2012) y Ciudad desierta (2014). Dirige los Seminarios Abiertos de Formación, Editorial Summa y el Festival Internacional de Poesía Primavera Poética.
Lo leí por primera vez en la biblioteca de la universidad, en 1996. Su libro “Puerta de espera” se convirtió, durante semanas, en esa posibilidad para volar al centro de una rutina entre códigos y exámenes. Leerlo era escapar o afirmar una vocación que creció sobre un campo de piedras.
Observé la hora. Las ocho en punto de la mañana, tomé mi agenda y salí presuroso rumbo al Ministerio de Cultura. Estuve escribiendo toda la noche, aproveché para descansar durante esos 25 minutos de mi casa hasta San Borja. Tenía cita con Ricardo Ayllón, jefe de la dirección del libro y la lectura.
Estábamos en la oficina del Dr. Arnaldo Estrada, vicerrector académico de la UPAO. Después de veinte minutos la secretaria nos invitó a ingresar. “Alva Viale ¿de los Alva de Contumazá? preguntó. “No, de los Alva de Cascas”, respondí. “Viale, Viale”, repitió. “De los Viale de Talara”, intervino mi mamá. El vicerrector la observó sorprendido.
Hemos llegado al día 14 de la cuarentena. Increíblemente, se han invertido los papeles. Ahora somos los seres humanos quienes observamos asustados desde nuestras jaulas cómo nos vence el día o cómo lo sobrevivimos con la esperanza de derrotar al virus que nos amenaza, el asesino invisible que ya cobró miles de víctimas. Hace un mes era inimaginable este panorama.
De pronto la humanidad empezó a entender que lo que había rechazado durante centurias sería la única posibilidad para evitar su destrucción. El miedo a reencontrarse a sí misma hizo de la especie animales preocupados por capturar la velocidad del tiempo, subyugar el orden natural y destruir el aire con el vómito incesante del progreso.
Cuando uno visita las ferias de libros, lo usual es que vaya por textos de autores como García Márquez, Milan Kundera, Mario Vargas Llosa, Alfredo Bryce Echenique, Fernando Ampuero, o en el caso de la IV Feria del Libro de San Borja, por autores de Piura, su región invitada: Alberto Alarcón, Miguel Ángel Zapata, Luis Eduardo García, Marco Martos, Roger Santiváñez, Víctor López García o Cronwell
Hace siete años organizo el FIP Primavera Poética, una experiencia que me deja muchas satisfacciones a pesar de la tensión durante los días previos, propia en un país cuyas instituciones viven de espaldas a sus escritores.
El Instituto Raúl Porras Barrenechea es el espacio cultural más importante de Lima.
Escribir en el Perú no ofrece ninguna garantía. Se escribe por necesidad o por placer, por dolor o por catarsis, se escribe para decir presente, aquí estoy, existo.
El día viernes 10 de enero se realizó en Piura el I Encuentro de Ciudades Emancipadoras del Perú. La cita tuvo lugar en el Salón de Actos de la Municipalidad. Fue un evento necesario para entender la importancia que tuvieron las ciudades del norte en la consolidación de la independencia. Piura, Lambayeque, Trujillo y Cajamarca fueron determinantes en la gesta por la liberación.
Sábado 4 de enero, Av. Grau, Barranco: “Te la perdiste anoche”, me increpó Javier Corcuera. Se refería a la proyección del documental “100 años con Leoncio Bueno”, que se realizó en una de las salas de un cine de la Plaza San Martín. El documental, dirigido por Javier Corcuera y producido por Quechua Films & La Mula Producciones, dura 12 minutos.
El próximo 10 de enero, gracias a la convocatoria del Dr. Víctor López García, estaré en la ciudad de Piura como expositor de un evento que promete y se replicará en otras regiones: el I Encuentro de Ciudades Emancipadoras del Perú.
El mejor regalo de navidad es un libro. Lo afirmo sin intención proselitista. Qué celebramos el veinticinco de diciembre sino el alumbramiento de un niño que llegó para cambiar el mundo. Ahora, cuando otro imperio campea no solo en las instituciones públicas y privadas sino también en los colectivos, en los gremios, en los colegios profesionales, lo más parecido a ese niño es un libro.
Antonio Cillóniz de la Guerra afirma que para él no existe una generación del 60 sino una a la que bien se le podría denominar la generación poética del 68. Lo explica bien: las primeras obras de la promoción de poetas que empezaron a publicar durante los primeros años de la década del sesenta no rompían con ningún rasgo estético de los poetas del 50.
Cuando roberto briceño, alcalde de Chimbote y rolando lucio, director de su “feria internacional del libro” (no merecen las mayúsculas), anunciaron con bombos y platillos la visita del ex Presidente uruguayo Pepe Mujica, muchos aplaudimos la importancia del ex mandatario como invitado a una feria que se realizaría en el puerto, en la misma ciudad azotada por César Álvarez y los pillos de “la ce
A Manolo Quintanilla lo conozco hace diecinueve años. Luis Espejo, poeta de Neón, el místico, me lo presentó en el barrio de Palermo. Manolo es periodista y fotógrafo.
Un zombi se ha instalado en las afueras de un establecimiento penitenciario. Un zombi extraño, un zombi en huelga de hambre. Al otro lado de la pared, su compañera zombi lo induce a que utilice todas las armas posibles, y el zombi llama a la prensa, el zombi llora, el zombi declara que se trata de un acto de amor contra la injusticia de tener a su zombi presa.