Larga vida al Porras
El Instituto Raúl Porras Barrenechea es el espacio cultural más importante de Lima. Su director, el embajador Harry Belevan Mc-Bride, narrador fantástico, ha logrado reunir un equipo de académicos y promotores culturales, entre los que destaca Rocío Hilario y Giancarlo Navarro, diligentes y dinámicos en cada una de las actividades que programan con la seriedad que habría exigido el más universal de nuestros historiadores.
Su política de puertas abiertas consolida aquel espíritu democratizador necesario para repensar el Perú. “La poesía es resistencia”, se denominó el recital con el que inauguró su año académico. Poetas de varias de nuestras regiones se dieron cita en su auditorio provisional del edificio Platino el lunes 13 de enero: Omar Aramayo, Gloria Mendoza Borda, Leoncio Luque (Puno), Willy del Pozo, Sixto Sarmiento, Nora Alarcón (Ayacucho), Armando Arteaga, Ino Moxo, Dimas Arrieta (Piura), Carlos Zúñiga Segura (Pampas de Tayacaja) y los limeños Juan de la Fuente, Otilia Navarrete, Liliana Miranda, Diego Alonso Samalvides, Milagritos Huertas, Jorge Chávez Álvarez, Héctor Ñaupari y Jhonny Barbieri. Pero no todo son recitales y presentaciones de libros, la labor del Instituto destaca también por su preocupación de leer y releer al maestro.
Si el mes de enero se inició con poesía, el mes de enero cerró en torno a una de las mayores preocupaciones del historiador: el Perú de los Incas. De allí el título de la mesa redonda que se realizó el viernes 31: “Raúl Porras Barrenechea, investigador indigenista e hispanista”, en la que debatió su texto “La caída del imperio incaico” publicado en El Legado Quechua, a fin de fomentar el desarrollo de nuevos enfoques sobre sus investigaciones. Cabe destacar el lanzamiento del primer libro del joven poeta Diego Alonso Samalvides y la presentación de mi último volumen de entrevistas, evento que contó con la presencia de Francisco Diez Canseco, líder de Perú Nación, Willy Ramírez, ex rector de la UPCI, Juan Antonio Bazán, catedrático de la UNMSM, y Sixto Sarmiento, poeta y catedrático. El IRPB promete un año de actividades dignas de la memoria de su anfitrión.