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Victoria Ccanto Buendía

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En 1999, el socialista Hugo Chávez preguntó a Cecilia Sosa, entonces presidenta de la Corte Suprema venezolana: “Si sus hijos tienen hambre, ¿usted robaría?” Desde ese momento, la sociedad venezolana comenzó a justificar la violencia, el robo, la delincuencia, vivir bajo el miedo al Estado y aceptarlo, por supuesto.

¿Cuándo vamos a entender los peruanos que los criminales venezolanos son los más sanguinarios y violentos de toda Latinoamérica? ¿En qué momento vamos a tomar la decisión de sacar a todos los que han invadido nuestra patria? Estamos creando un país en el que no es viable tener un hijo. ¿Quién quiere tenerlo en estas circunstancias políticas?

El precio que vamos a pagar por vivir de espaldas al cambio mundial será alto, triste y típico de sociedades tercermundistas: llegar tarde a todo. Un estudio del Fondo Monetario Internacional reveló que el 41 % de las más de 1,000 empresas encuestadas y analizadas planea reducir su plantilla para el año 2030.

Solo por encima de Brasil por 10 dólares, Perú es el quinto país en Latinoamérica que cuenta con sueldos mínimos miserables. El 57% de los peruanos a nivel nacional busca salir del país por la falta de oportunidades, la situación económica y la inseguridad ciudadana. Asimismo, la tasa de desempleo creció hasta 6.4%, solo en el primer trimestre del 2024. Cada año tenemos más desempleados.

El Estado y la presidencia socialista inútiles que tenemos hundirán al país en menos de dos años. En el próximo gobierno, recibiremos un país endeudado, hundido en el peor tráfico del mundo, solo por detrás de la India.

Donald Trump ganó las elecciones del poderoso Estados Unidos gracias a los migrantes latinos legales, los americanos hijos de una gloriosa patria y el sentido de pertenencia y amor por un país de oportunidades.

¿Algunas veces, para ganar, tenemos que ceder? La empresa Odebrecht es tan poderosa que planteó sus condiciones al Equipo Especial a cambio de delatar a expresidentes, presidentes, funcionarios y políticos que pasaron muchos años estafando, robando y timando al país y a los peruanos. El Equipo Especial sabe que Odebrecht es culpable, el país entero lo sabe.

Voy a repetir hasta el cansancio hasta que todo el país entienda que una nación es grande no por lo que posee, sino por la gente que tiene. En específico, por la calidad de su gente. El Perú fue bendecido con riqueza en su tierra y en su mar, pero tener dinero guardado no te da clase ni elegancia. ¿A qué me refiero? No es más rico aquel que tiene más dinero en el banco.

El sujeto Edwin Julca Becerra, inspector de la Superintendencia Nacional de Migraciones, es un traidor de la patria. Este sujeto, mal llamado peruano, no solo le dio la espalda y traicionó a su país, sino que también actuó, obró y trabajó en contra de su país y de sus compatriotas.

Un joven nacido en Loreto llegó a Lima para ser asesinado por un sicario venezolano. El nombre de nuestro compatriota es Anthony Yumbato Panduro. ¿Quién le quitó la vida? La migración ilegal y la mediocridad de un gobierno pusilánime. Asesinar a un peruano trabajador es apuñalar a nuestra patria por la espalda.

Gustavo Christian Salazar Yachachin, en la mente de los que están controlando el país, es una cifra más, un número más en el sistema. Para mí, es un compatriota. Para las personas que fueron cercanas a él, es el significado de una vida sin calidad, hundida en el miedo y la preocupación.

Quien ama realmente a su patria está dispuesto a morir por ella. Quien busca realizar un gran cambio que genere un nuevo país debe estar dispuesto a pagar el precio de una batalla larga y difícil. En mi corta vida he aprendido que todo lo que realmente genera riqueza, cambio y progreso toma tiempo y esfuerzo en realizarse. Nada que valga tiempo y esfuerzo en conseguir es fácil.

El Perú para los peruanos. He tomado la decisión de conocer más a mi país, hablar con mis compatriotas, observar la dinámica social, económica y cultural de cada región, hacer esto por un verdadero amor a mi patria.

El Estado y la presidencia inútiles que tenemos no entienden que una guerra no se gana con decretos y multando a las personas. Una guerra se gana combatiendo. Y los que deben combatir son los policías, fiscales y Poder Judicial; ellos son la primera línea de batalla. ¿Adivinen qué? Están perdiendo la guerra.

“San Marcos, nudo de inquietudes, ¡plaza de victorias!”. Cuando Juan Gonzalo Rose describió a la universidad más antigua del Perú con esa icónica frase, era un momento en el que la Decana de América se encontraba en la encrucijada de la historia. Y sus alumnos, profesores y su tradición afloraban ese instinto de debate y política que ha sobrevivido en sus aulas.

El dueño de las palabras es el dueño del discurso. Para que una acción tenga el éxito que se espera, debe estar acompañada de un solo mensaje repetido varias veces, de forma constante, por un tiempo determinado hasta cumplir el objetivo. Sin embargo, en esta coyuntura, es mucho más fácil posicionar el mensaje cuando se tiene el factor miedo.

Venezuela es el país más peligroso de toda Latinoamérica y no se le recomienda a ningún turista visitarlo. En los años noventa, se sabía que en Venezuela te mataban por un par de zapatillas de marca. Estos niveles de violencia, que alcanzaron su auge y continuidad desde 1989, son los que impulsaron el largo viaje de millones de migrantes venezolanos a Perú.

Solo tienes una oportunidad para contar bien la historia. Uno de los obstáculos y retos más importantes para todo movimiento político es saber comunicar sus ideas. Esos planes definirán el destino del país y su futuro. Uno de los errores más comunes de los poco carismáticos políticos que tenemos es que hacen todo lo posible para que los odien.

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