Fujimorismo: la inteligente ley de Fernando Rospigliosi
Solo tienes una oportunidad para contar bien la historia. Uno de los obstáculos y retos más importantes para todo movimiento político es saber comunicar sus ideas. Esos planes definirán el destino del país y su futuro. Uno de los errores más comunes de los poco carismáticos políticos que tenemos es que hacen todo lo posible para que los odien. No sabemos si es por soberbia o porque llegar a ser políticos es la cumbre de sus logros mentales.
Existe una gran atención sobre la finalidad de la ley 32108, más conocida como: “La ley que beneficia a los extorsionadores”. Lo primero que se debe aclarar es que la famosa y muy insultada norma no evita que un fiscal allane una vivienda, oficina, terreno, casa de playa o lo que se le ocurra. El fiscal puede ingresar y ordenar que nadie toque nada, hasta que lleguen el abogado y el dueño del lugar; y si este no tiene un abogado, se le asignará uno de oficio. Es decir, si el fiscal quiere y la ley lo faculta, puede reventar la puerta del lugar allanado. Pero lo único que no puede hacer es registrar el lugar. Todo ello, desde mi posición de clara defensa del Estado de Derecho, es lo correcto. Nada impide que un fiscal investigue, indague y halle pruebas. Lo único que se busca es asegurar que no sigan haciendo lo que se les da la gana y usen ese poder de allanamiento y registro de forma política.
Es cierto que, desde que se aprobó la modificación, los fiscales van a tener que pensar dos veces antes de pedir una prisión preventiva y arrebatarle la libertad a una persona. No podemos otorgar poder a personas que harán abuso del mismo. En los últimos siete años se ha visto mucho de ese abuso de la norma, usado para una propaganda efectiva para destruir al rival político. Por ese importante motivo, y según el análisis que hago de la norma, todos los políticos han cerrado sus filas para decirle al Ministerio Público y al Poder Judicial: “ubíquense”. Esa ley era importante, principalmente, para los políticos y empresarios prebendarios.
Viendo el tema desde afuera, liberados de las emociones partidarias y del odio que un grupo de personas tiene contra los fujimoristas, la popular ley no le genera impunidad a ningún grupo criminal de extorsionadores, a ninguna banda de tráfico de blancas, niños o sicariato. Ahora bien, debemos tener muy claro que las organizaciones criminales se formaron para delinquir, ese es su objetivo principal. Todos sus miembros y la estructura de su fuerza están creadas, entrenadas y dirigidas para obtener dinero en el mercado ilegal.
No estoy diciendo que la mencionada ley sea mala. Definitivamente no: es una inteligente norma y muy bien peleada. Pero, ¿saben una cosa? La bendita norma no beneficia en nada al país, en estos momentos históricos de terrorismo migratorio. La norma propuesta por el fujimorismo, a través de su congresista, el señor Fernando Rospigliosi, en lugar de proteger a los policías y dotarlos de protección jurídica para combatir el terrorismo migratorio con armas y no con miedo, ellos se han dedicado a protegerse y, de alguna forma, también a proteger el derecho a una justa y seria investigación.
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