La memoria histórica debe servir para algo, pero depende quién haga el relato. Si equivocamos quién es la víctima y quién el victimario, iniciamos mal. En los 80 Sendero Luminoso irrumpió para aniquilar a la Nación y al Estado, trató de hacerlo con terrorismo.
Raúl Mendoza
“¿Qué es la Nación peruana?”, preguntaba el maestro José Antonio del Busto en una de sus magistrales clases de Historia del Perú en Letras. Todos nos mirábamos atónitos hasta que él, sin hablar de Renan, nos ubicaba en una ensoñación.
“Colócale una máscara a un hombre y será genuinamente él mismo”, lo descubrí, perplejo, en una clase de teatro. También en mis disfraces de Santa Claus con mis hijas.
El Perú puede ser una potencia mundial. Lo tiene todo, posición geoestratégica; ventajas sobre Chile para cosechar primero y exportar antes desde su diversidad insuperable; tiene potencia para una industria minera sostenible; la gran pesca; la agroindustria; la petroquímica; la energía. Tiene cuencas, glaciares, bosques, ganado, el aprendizaje de los caminos de una cultura ancestral.
“El comunismo es lengua muerta”, asumieron cuando leyeron a Fukuyama. Luis canturreaba la canción de Nino Bravo que evocaba la muerte a balazos de un hombre que intentó saltar el muro alemán hacia la libertad. “Nadie es tan idiota para cruzar el muro al revés”, dijo María, sin presagiar que alguna vez millones lo harían en las urnas.
Cuando mido la opinión cultural, lo clásico es ignorado. El tiempo cancela la historia y selecciona sus sesgos.
No es que hoy no haya grandes artistas, lo que no se puede es comprender la vida sin la obra maestra, la mitología, el origen.
No encuentro en el diccionario una definición cabal del amor, lo entiende como sentimiento, goce, galantería. Sirve tal concepto para los cruzados que viajaban a Tierra Santa con el pañuelo de su amada en el largo camino de sombras y miedos. De allí el amor romántico. El enamoramiento tiene esa magia, deslumbra y provee de ilusión.
Quién no quiere definirse y etiquetarse cuando las antinomias angustian. La vida perfecta del pensador es aquella en la que todo cuadra. En el liberalismo la soberanía plena reside en el individuo. Isaiah Berlin se refería a la libertad negativa, estar libres de coerción.
Leía “Anatomía del miedo”, de José Antonio Marina, porque nada es más importante que descubrir los “duendes” interiores. La ansiedad patológica es uno de ellos y cohabita con ese otro que los románticos llamaban “melancolía”. En el miedo, el duende susurra alertas cuando estás seguro. A Camus le obsesionaba la cobardía.
Dice Barcia en su fabuloso diccionario, que el odio es pasión ciega, arraiga en el corazón y no lo deja. No es la furia pasajera sino la ceguera del rencor que arde y perdura.
No hubiera pagado tantos años de gimnasio de no ser por la diatriba de quienes cuestionaban mi delgadez adolescente. “No seré más el alfeñique”, decía frente al espejo en el tenor de un inspirador culturista que hizo de nuestros padres gestores de músculo de azotea, Charles Atlas. Mi inversión tenía varias cadenas modernísimas que me prometían “dejar de ser yo”.
“Por supuesto que hay que colocarse las vacunas”, señala Juan. “Pero es un experimento”, replica Luis. “Asumo que es solo un mecanismo de prevención para que las UCI y los hospitales no se congestionen”, dice con lógica el primero. Llega una variante que es más contagiosa, aunque menos letal, pero siempre es prudente el temor.
Discrepo ideológicamente del dramaturgo Eduardo Adrianzén, pero leo un tuit suyo que dejo para discutir: “Qué alivio no tener que responder a ningún partido Ni buscar caer bien para pedir votos Ni defender y/o tragarse idearios u ortodoxias Ni q importe 1/2 pepino si te llaman rojo, tibio, radical, caviar, etc Ni callarse por temor a perder algo Qué genial ser libre Y qué solitario”.
“¿Ana Bolena era negra, papá?”, pregunta el niño, tras ver una película. El papá le responde que no se dice “negra”, puede ser ofensivo. “Hulk será mujer en la próxima película, Superman es gay y Batman será representado por un pekinés”. El papá le pide hablar bajo. “Papá, ¿por qué en Frozen han prohibido la palabra “Dios”? En el Rey León Dios es la Tierra, papá.
No son tiempos fáciles para los muy jóvenes: caminar escondiendo la sonrisa, escuchar a tus maestros agazapado tras un computador o creer que la vida es esta, cuando no lo es.
Veía a una niña llorar de emoción en una misa en latín donde la lengua no era obstáculo para sentir. Eran los cantos gregorianos, el sagrado ritmo del latín y el altar como centro de las miradas, incluyendo la del sacerdote. Recordé de pronto la experiencia de un vate.
La Peruanidad en el Bicentenario Ensayos de comprensión (Francisco Bobadilla -editor-Yachay, 2021) es un magnífico libro que recoge las obras de dieciocho ensayistas que transmiten la comprensión de la peruanidad. El pensamiento de Víctor Andrés Belaunde sirve para sostenernos en un mestizaje evolutivo.