Las ridículas excusas del presidente Vizcarra -“nunca lo supe; no me dijeron nada; creí que todo estaba bien”- para validar las hasta hoy siete forzosas renuncias ministeriales por presuntos vínculos con la corrupción entre el gabinete Zeballos -instalado trae el golpe de 30/9- revelan el talante incalificable de este personaje que soterradamente cabildeara con el fujimorismo para sustituir a P
Luis García Miró Elguera
Quebrantada la Constitución tras ejecutar un golpe de Estado, el autocracia se instaló en el poder rodeada de una cohorte áulica que le dirá chicheño a cualquier estupidez que decida cometer. Roto el principio constitucional, cualquiera cosa podrá ocurrir. Y por lo general una de las principales víctimas termina siendo la libertad de expresión.
El comportamiento pendenciero del mandatario Vizcarra estriba en tratar de enemigos a quienes son adversarios políticos suyos. Es decir, quienes se oponen a su desastrosa gestión de gobierno son tratados despóticamente, siendo él supuestamente presidente de todos los peruanos.
“Ustedes están acá gracias a que yo cerré el Congreso anterior y convoqué a elecciones sólo para evitar que el Apra y el Fujimorismo controlen el poder Legislativo. Así que me deben el puesto. Espero que no se equivoquen oponiéndose a mis decisiones. Ya saben las consecuencias”.
El 7 de abril 2019, esta columna se ocupó del escandaloso, además de multimillonario, asunto de las consultorías contratadas por este gobierno.
Reseñaba ayer EXPRESO la relación del presidente Vizcarra con los colegas del “club de la construcción”. Es más. Denunciaba que el 31/12/2018 Carlos Lozada Contreras, entonces mandamás de Provías y actualmente ministro de Transportes, validó el pago de S/ 14’000,000 a Obras de Ingeniería S.A. Obrainsa, asociada a Odebrecht y al referido “club” imputado por Fiscalía.
Xinhua, la agencia noticiosa oficial china –manejada por el Partido Comunista chino- advirtió hace unos días que “Quienes difundan teorías de conspiración sobre el brote de COVID-19, neumonía causada por el nuevo coronavirus, lo hacen con ‘malas intenciones’ o ‘ignorancia absurda’.” Y ampliaba: “Ciertos individuos y medios de comunicación occidentales han sugerido que el nuevo coronavirus podrí
Vizcarra continúa incrementando el desprestigio del umbral democrático y generando inestabilidad política.
Christian Salas, ex procurador anticorrupción, sentenciaba ayer en EXPRESO lo que realmente sucede en este país.
No existe otro calificativo que caótico, grotesco y perversamente corrupto para describir lo que sucede en el Perú alrededor del escándalo Odebrecht. Ahí es de náusea la podredumbre de los organismos estatales. Y un probado infierno la capacidad de corrupción entre las autoridades electas por el pueblo.
Exhibiendo su conducta despótica; es más, apelando a la desinformación tramposa de los medios de comunicación vendidos al autócrata Vizcarra –El Comercio por delante– los progre-marxistas acaban de sellar el control del poder Judicial y el Ministerio Público, utilizando a un amoldable Vizcarra para ejecutar el plan de gobierno diseñado por la élite zurda.
Por la boca muere el pez. El propio Martín Vizcarra ha confesado que ni siquiera está enterado de lo que dicta la Constitución. Y un presidente que no sabe lo que le manda satisfacer la Carta Fundamental está incapacitado para ejercer el cargo, en este lance asumido de manera indirecta y accidental; no por decisión directa del Soberano.
Pongámonos en la realidad, pensando mal para acertar. El mandatario Vizcarra dio un golpe de Estado. Por más que sus cuatro ayayeros del Tribunal Constitucional disfrazaran tal quiebre de la Carta Magna argumentando sandeces que atentan contra su deber de cuidar a la Constitución.
De consultor de Odebrecht a consejero de la Junta Nacional de Justicia JNJ, ente que nombra y remueve a los jueces fiscales del país. Este triple mortal lo protagonizó Diego García-Sayán. Lo hizo vendiendo su servicio en dólares como asesor penal -especialidad que desconoce- a una de las empresas más corruptas del planeta.
Ligeramente, y con aparente amnesia, el hábil político Gilbert Violeta, cabeza del pepekausismo original, comentaba ayer en EXPRESO sobre la deriva hacia la izquierda impuesta por el régimen que lidera Martín Vizcarra. Para empezar, fue Kuczynski quien viró al socialismo, traicionando a los suyos.
¿Por qué será que el Perú es la única nación del continente donde Odebrecht ha podido recuperar cerca de US$1,500 millones, en vez de haberse visto forzada a reembolsar multimillonarias indemnizaciones como consecuencia de sus desfalcos, latrocinios y las corruptelas que ha perpetrado a lo largo de muchísimos años de operación, contratando proyectos con el Estado?
Asistimos a la claudicación más vergonzante del gobierno que dice representar a los 32 millones de peruanos, arrodillado ante la imagen prepotente de una de las empresas más corruptas del planeta. Odebrecht tiene sometido al régimen de Martin Vizcarra. No es una imputación especulativa. Es la realidad.
“Los cambios de ministros se dieron porque hicimos evaluación con el primer ministro Zeballos y en función a diferentes aspectos decidimos cambiar ministros en estas cuatro carteras”.