Los lustrabotas de Odebrecht
Christian Salas, ex procurador anticorrupción, sentenciaba ayer en EXPRESO lo que realmente sucede en este país. “Los políticos, las ong, cierto sector de funcionarios públicos y, sobre todo, un poderoso grupo de la prensa, han hecho calar en el razonamiento social que si uno aplaude lo que hace este grupo de fiscales -Vela Barba y Pérez Gómez-, eres un hombre o mujer honesto; pero si te atreves a cuestionarlos, eres un corrupto, un fujimorista, un aprista o alguien que le hace el juego a la corrupción.”
Esto por culpa del presidente Vizcarra, que empoderó ilegítima y temerariamente a ambos fiscales de bajo rango como los adalides del Ministerio Público. Al punto de permitirles que desobedezcan públicamente a sus superiores. Semejante sobreprotección ha quebrado peligrosamente el orden jerárquico en la Fiscalía de la Nación, convirtiéndola en rigor en una dependencia más de palacio de gobierno, centro de poder controlado por la progresía marxista que mantiene secuestrado al presidente accidental.
No olvidemos que Vizcarra desairó al presidente de Brasil, saliendo disparado del vecino país alegando que necesitaba resolver una “crisis en la Fiscalía” motivada -según dijo entonces- porque Pedro Chávarry, entonces Fiscal de la Nación, por incompetentes separó de sus cargos a Vela y Pérez. Vale decir, hizo lo que debió hacerse para evitar que el país cayera en las garras de Odebrecht. Como en efecto ha sucedido. Y ocurrió, porque Vizcarra transgredió las reglas del Estado de Derecho asumiendo funciones que no le competían. Como manipular el Ministerio Público. Desde entonces Vizcarra transpiraba un hedor golpista que luego formalizaría clausurando el Poder Legislativo.