Los progre-marxistas siguen traicionando al país
Ligeramente, y con aparente amnesia, el hábil político Gilbert Violeta, cabeza del pepekausismo original, comentaba ayer en EXPRESO sobre la deriva hacia la izquierda impuesta por el régimen que lidera Martín Vizcarra. Para empezar, fue Kuczynski quien viró al socialismo, traicionando a los suyos. Lo hizo para asegurar a cualquier costo su elección como presidente, claudicando a sus principios como político de centro derecha y sucumbiendo ante la camorra socialista. Con su felonía quebró el camino para constituir un frente centroderechista. Pudo conseguirlo hilvanando a las huestes acciopopulistas, fujimoristas, apristas y apepecistas con su elite denominada PpK. Pero prefirió aliarse con el ultracorrupto Ollanta Humala. Por si fuera poco, pactó con el progre-marxismo forjado por gente de la peor estofa. E imperdonablemente la empoderó, contraviniendo todo sentido de estadista. Nuevamente pudo más su egoísmo que la pasión por resguardar los intereses del país.
Kuczynski selló un pacto secreto de no agresión con Humala. Ganó en la segunda vuelta porque Humala prohibió que los uniformados votasen, so pretexto de destinarlos a “supervisar” dichos comicios. La falta de aquellos votos -mayoritariamente inclinados al fujimorismo- permitió que PPK triunfase en el repechaje por 41,000 balotas. Una victoria pírrica que venimos sufriéndola todos peruanos. Kuczynski renunció envuelto en un manto de corrupción. Lo heredó Vizcarra. Le tocó ejecutar proyectos corruptos e innecesarios como Chinchero (US$600 mm), Refinería Talara (US$6000 millones), Panamericanos (US$1400 millones), Gasoducto Sur (US$7500 millones). ¿Cuánto quedaría para los Humala (Nadine y Ollanta), y cuánto para PPK-Vizcarra de aquellos US$15,500 millones en iniciativas donde también participara Odebrecht? El pacto PPK-Humala involucraba a Vizcarra como vicepresidente. Ello explica su obsesión por distraer al ciudadano persiguiendo a apristas, fujimoristas, solidarios como los únicos corruptos. Ahora vive rodeado de humalistas. Fungiendo de ministro de Energía y Minas, destaca en su gabinete mamarrachento la antiminera Susana Vilca, escudera de Nadine. Y existen más ejemplos.
Apostilla. Ayer se supo que Diego García Sayán prestó servicios remunerados en dólares a la corrupta Odebrecht. Anteriormente lo hizo con el fujimontesinismo. Lo primero explica su pasión por la corrompedora Odebrecht, plasmada en una declaración suya hecha el 10 de abril del año pasado a través de Ideele donde este pope de la mafia progre-marxista exigía textualmente: “El Acuerdo de colaboración con Odebrecht Vizcarra debe defenderse con uñas y dientes”. ¿Por qué tanto interés? Por último ¡qué manera tan comprometedora de preocuparse por defender un convenio a todas luces lesivo a los intereses del país! Como pregunta un acucioso observador de nuestra gloriosa política, ¿se indignarán tanto Vela Barba y Pérez Gómez como cuando con justa razón Jaime de Althaus -miembro de la JNJ- criticara a ambos fiscales, al enterarse esta vez que García Sayán, también integrante del comité consultivo de la JNJ, trabajó para Odebrecht? García Sayán fue elegido juez de la CIDH en 2004 y presidente de ese emporio progre-marxista entre 2010 y 2014. ¿Trabajó para Odebrecht mientras estuvo en la CIDH? Este sujeto, amable lector, nos debe explicaciones. Como proclaman los rojos, “Estos son, aquí están, los traidores del Perú.”