Lee Kuan Yew, el artífice del milagro económico de Singapur, sentenció: “Nunca he creído en quienes abogan por un enfoque blando del castigo”. Sin embargo, la seguridad no se reduce a la fuerza bruta. Es una quimera pensar que el crimen se erradica solo con puño de hierro.
Raúl Mendoza
El término “partido” nos remite a las facciones del Sacro Imperio Romano Germánico. Los güelfos, de la casa de Baviera y los gibelinos, de los Hohenstaufen. Papistas y antipapistas. Polaridad hoy traducida como izquierda y derecha. Etiquetas.
No se puede comprender el antifujimorismo sin entender el velascato. Hay una relación necesaria. Según el IPE, las pérdidas entre 1968 y 1979 por parte de las empresas públicas ascendieron a 18,780 millones de dólares (valor actual). Se creó una enorme estructura estatal y una clase media burocratizada. 175 empresas públicas fueron creadas por Velasco, muchas por expropiaciones.
Una interesante reflexión en redes me sobrecoge: “personas que estuvieron activas en sus redes con frecuencia hasta un día antes de morir…”. Se refiere a un fenómeno estadístico inquietante que parece haber crecido. Vive como si fuera el último día, aprovecha el día, Carpe Diem (Horacio).
La implacable guillotina laboral descendió sobre mí esa recia tarde de abril, y cercenó de un plumazo los lazos que me unían a aquella empresa. El eufemismo ‘quedas desvinculado’ no logró disimular la crudeza de un despido, un golpe que me sumió en la incertidumbre. ¡Qué ironía! Aquel día, se celebraba la primera década de mis hijas, la casa se convertiría en un microcosmos de zozobra.
Pedro Castillo no fue el mesías ungido por Cerrón como el profetizado por Valcárcel en “Tempestad en los Andes”. No hay Lenin andino, solo demagogos de izquierda que quieren perpetuar la pobreza para subsistir. Ocurre que a la izquierda solo le interesa conservar sus territorios electorales y su boca de cañón es la prédica antilimeña, anticapitalista, antiburguesa.
Los relatos personales siempre son válidos. Podría sumar a varios que comprendieron el significado vital de la mentoría, entendida cómo la generosidad de ser maestro y pontífice. Pontífice es, desde la semántica, “el que construye puentes” y hay en la vida de cada cual quien sopla a nuestro favor y quien sopla en contra.
No hay persona que no tenga el potencial para llegar a igualar el talento o el dominio en algún área del conocimiento o en alguna destreza. Contra el paradigma de la inmovilidad intelectual del pobre, existe la posibilidad de hacer de cada cual el mejor.
No es progresismo ni socialismo ni conservadurismo. Etiqueteros: ¡es liberalismo! Cuando Isaiah Berlin explica la libertad negativa, tuvo razón porque nadie puede coaccionarnos, como lo hace una entidad estatal abusiva, un dictador o un criminal.
Sin embargo, la mejor herencia del liberalismo, además de su filosofía, ha sido su éxito económico y democrático.
Me tocó presentar en la FIL (29 de julio) el libro de Federico Prieto Celi: LA PRENSA. El alma del siglo XX en el Perú (1903 – 1984) -USIL-.
Pocos autores han sido más vapuleados como la autora Ayn Rand; pero subleva a su favor La rebelión de Atlas, que provee de una racionalidad a la iniciativa privada. John Galt lidera a los empresarios y se esconde en las Montañas Rocosas hasta que decide encabezar la gran huelga de empresarios contra el poder.
Bajo la penumbra de la noche parisina, mirando por aquella ventana, no conozco a nadie. Lejos está la patria, “la tierra y los muertos” de Barrés. Enciendo la radio y suena evocador “Mi huaylash”, de Flor Pucarina. Los ojos humedecen, los alfileres hieren.
Nuestra palabra es ley. Por eso las juramentaciones públicas son un “hueveo”, que en Chile es “molestar”, en Argentina “haraganear” y en Centro América “hurtar”. Sirva la licencia para un nuevo peruanismo: “hueveo, dícese de pasarse por testes la palabra dada y las promesas con medalla y crucifijo enfrente”.
No se trata de estoicismo, sino de disciplina; esa que me levanta en el hielo oscuro de la madrugada para ir al gimnasio. Disciplina es el carácter de escuchar las injurias sin mover un párpado; disciplina es estudiar, trabajar. Disciplina es aceptar las leyes de la vida con dignidad, y no se trata de Séneca ni de su recia sabiduría.
El Perú no germina un buen sistema de partidos. Se creyó que una ley haría magia; pero lo real es que al 2024 se canjean afiliaciones por gaseosas. Inscribir un partido es tan fácil, que hay una treintena por competir. Es natural que se hilen frentes. El miedo a Antauro es la narrativa de ese colapso, donde cualquiera candidatea y lo que se juega es la democracia.
Ahora que Antauro quiere el sur y se apropia del velasquismo y hasta trata de neutralizar a la izquierda urdiendo alianzas, sirve referir que Velasco fracasó. Se crearon más de 200 empresas estatales que crearon un enorme déficit fiscal. 20 mil millones de dólares en pérdidas. La reforma agraria destruyó el campo (se importaban papas holandesas).
Según Juan Carlos Tafur, Rafael Belaunde Llosa (Libertad Popular) está conquistando el sur. Quizás la semántica correcta es que viene convenciendo en territorios que para algunos son “de izquierda”. “Pueblo por pueblo” como su abuelo. El peregrinaje lo viene llevando a fusionar sentimientos en las alturas andinas con un discurso liberal popular antisistema.
“El amor a la Patria unió aquí, en el mismo sitio y en la misma hora, a quienes se iban a batir; y convirtió en campo de amistad el que iba a serlo en sangre”. Es la frase escrita sobre una columna cerca de Jauja, en Maquinhuayo. Las tropas de Orbegoso y Echenique frente a frente, fusil en mano y prontas a la batalla. Corría 1834.