Velasco a Fujimori
No se puede comprender el antifujimorismo sin entender el velascato. Hay una relación necesaria. Según el IPE, las pérdidas entre 1968 y 1979 por parte de las empresas públicas ascendieron a 18,780 millones de dólares (valor actual). Se creó una enorme estructura estatal y una clase media burocratizada. 175 empresas públicas fueron creadas por Velasco, muchas por expropiaciones. La planilla estatal se incrementó en 83%, según el IPE. La deuda pública pasó del 15% del PBI al 48%.
Con Velasco se inicia el deterioro económico que llevaría en 1990 a la mitad de los peruanos hacia la pobreza. Desde 1974 el desempleo creció y el salario real se desplomó. Cayó el PBI per cápita, lo mismo la balanza comercial. La ‘maquinita’ aumentó la masa monetaria en 30% anual, con lo que la inflación se elevó de 6% en 1969 a 74% en 1978. Cayó brutalmente la inversión privada.
Velasco le heredó a Morales Bermúdez esa papa caliente. Una estructura estatal inmensa y una economía insostenible, por tal llegó el estallido social de 1977 (gracias, Velasco) y se convocó a una Asamblea Constituyente que hilvanó el velasquismo asolapado en su texto, luego hubo elecciones. Fernando Belaunde no se atrevió a desmontar ese Estado, el costo social hubiera sido inmanejable. Alan García debía demoler, pero construyó más pisos.
Por eso no se entiende el antifujimorismo del siglo XXI sin Velasco, pues se pasó del feudo paternalista vertical a un tiempo de economía privada y desmontaje del Estado, lo que llevó a un sistema de competitividad individual. Cada uno debía de vérselas por sí solo.
No es el miedo a la libertad, de Fromm, pero por allí va la cosa. ¿Por qué los que odian a Fujimori por el tema de derechos humanos no dicen nada del chavismo, de Antauro, de Ortega, de Castro ni de las deportaciones ni del boato secreto y patronazgo de la cúpula del romantizado dictador militar? Lean a Alfonso Quiroz en La historia de la corrupción en el Perú.
Si buscan en la génesis política del antifujimorismo, encontrarán a Velasco. Quebrar el modelo era quebrar a la clase media burocrática, al progresismo mercantilista y a los que debían mudar del paternalismo a la fiera competitividad. Era pagar el costo (sumando el de combatir al terrorismo, que dio luz en 1980). Todo al margen de lo execrable de cualquiera de los delitos probados por los que fue condenado Fujimori.
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