Los congresistas creen que su populismo, - nauseabundo – los mantendrá bajo los reflectores y allanará su camino al futuro Parlamento, una amplia mayoría tiene aspiraciones de llegar nuevamente. Demasiado cálculo político para un electorado que no tiene memoria. Afortunadamente, no hay sitio para todos. Sería una pesadilla ver sus caritas repetidas, multiplicadas por cinco años más.
Madeleine Osterling
Si retrocedemos a Perumín 36 (2023), es como si nos hubiéramos quedado congelados en el tiempo, los reclamos al incompetente gobierno son los mismos.
Dina podría ser una digna heredera de Luis XV – no solo porque tiene aires de reina (sin corona evidentemente), rodeada de ministros convertidos en simples cortesanos, auténticos profesionales en el arte de la lisonja, sino porque toda su actitud irresponsable y egoísta bien podría reflejarse en la famosa expresión: “Después de mí, el diluvio”. En realidad, ya quisiera.
Una lástima, pero cantar “Perú Campeón” y entonar el Himno Nacional hasta que afloren lágrimas por nuestra Bicolor como ocurrió aquel inolvidable 31 de agosto de 1969, cuando Perú empato 2-2 con Argentina y aseguramos la clasificación para México 70 – o, cuando mágicamente se alinearon todas las estrellas para Rusia 2018, es una alegría que nos ha sido arrebatada por la pésima gestión de la FPF
Los “especialistas” señalan que sería una pésima imagen para el Perú que nos retiremos del SIDH. Les preguntaría ¿frente a quienes? Ni EE.UU. ni Canadá han ratificado la Convención, precisamente para evitar someterse a un organismo internacional politizado que de manera constante cuestione sus decisiones.
Dina fue vista como una luz en el firmamento luego de la caída de Castillo, no solo por la gran inestabilidad que este último generaba - con un bajísimo coeficiente intelectual, sin brújula y rodeado de corruptos o gente vinculada a MOVADEF como el penoso Maraví - sino porque elecciones inmediatas en un país fragmentado, con un Congreso hostil y Salas Arenas al frente del JNE, hubiera sido dema
Los empresarios peruanos libran una doble batalla: contra la competencia y contra un Estado activo en poner trabas y excesiva regulación, pero incapaz de proveer infraestructura y logística adecuada que les permita competir en igualdad de condiciones.
El principio de SEGURIDAD JURIDICA – si, en mayúsculas - es indispensable para promover la inversión privada, es la columna vertebral de cualquier sistema de promoción.
Las reformas de Vizcarra prostituyeron nuestro sistema electoral: 43 partidos políticos y más de 10,000 candidatos. Esta participación masiva no es la expresión mas pura de la democracia, no podemos medirla por la cantidad sino por la calidad y capacidad de los participantes.
Nuestros ilustres ministros opinan según la dirección del viento, siempre se acomodan. En febrero pasado, el Canciller se reunió con representantes de la CIDH y ratificó la existencia de muchísimas coincidencias entre dicho organismo y nuestro país. Fue explicito en halagos.
Hay gente emocionada con el discurso de Boluarte: la fuerza del lenguaje y sus realidades imaginarias, finalmente, el papel aguanta todo. Muy aplaudida su alusión a las dictaduras venezolana y cubana, sin embargo, el Gallo Zamora, embajador de esta última y presunto coronel de la inteligencia cubana (G2) sigue haciendo lo que quiere en el Perú.
Nuestra administración de justicia está plagada de corruptos y vende patria, pero son intocables, están por encima del bien y del mal.
El Ejecutivo tiene oídos sordos además de estar perdido, no sabe qué hacer con el país. Boluarte está preocupada por su sobrevivencia, solo se dedica a asegurar un plan B para no terminar en la cárcel y no creo que se vaya con los bolsillos vacíos. Su escandaloso aumento de sueldo a más del doble, posiblemente no sea su única fuente de ingresos.
La gran pregunta - evidentemente sin respuesta – que da vueltas desde hace mucho tiempo es: ¿quién ganará las elecciones del 2026? En el Perú es un acto de genuina osadía hacer predicciones porque enfrentamos un escenario político muy volátil y fragmentado. Además, la fiabilidad de las encuestas se ha deteriorado notablemente, tanto en el Perú, como a nivel global.
Necesitamos profesionalismo y no eventos aislados; requerimos expertos, aunque debamos buscarlos en el extranjero, pero en especial, reformular el presupuesto nacional y asignarle una partida muy sustantiva que soporte la magnitud del desafío - como lo expone Jaime de Althaus con gran lucidez - (EC 21/06/25) que incluya INTELIGENCIA, laboratorios, muchísimos controles y operativos y, muy import
Hay conceptos que en boca de gente sinvergüenza carecen de toda legitimidad. Hablar de “golpe de Estado” o de “atentado contra la democracia” se han vuelto lugares comunes, recursos retóricos sin ninguna fuerza o credibilidad, pero es más grave cuando lo esgrimen autoridades como mecanismo para conservar el poder.
En el Perú no hay ninguna voluntad política de achicar al Estado, ese monstruo sobredimensionado y costoso que se ha convertido en la mejor agencia de empleos y en el mecanismo para pagar favores, hasta compensar honorarios por cirugías y otros servicios personalísimos que, entre otras cosas, le costaron el puesto a un ex primer ministro.
Cada vez comprendo menos a la gente desconectada, a la que se rehúsa a ver noticieros o leer los periódicos. Hay que seguir luchando por nuestro país, lo responsable es involucrarnos, levantar la voz y dar el ejemplo.