Victoria Ccanto Buendía

El 7 % de la población de nuestro país representa la cantidad de inmigrantes venezolanos que permanecen y han pasado por territorio peruano desde el 2017 al 2024. Junto a esos cientos de miles de inmigrantes que cruzaron la frontera de forma ilegal, llegaron también los delincuentes y extorsionadores.

Ser honesto es peligroso. Toda verdad siempre será incómoda y pondrá en gran ventaja o en peligro a quien la diga. Ser honesto es ponerse en riesgo y en la gloria. Cuando se habla de los pobres, algunos sienten que les han tocado el nervio que los sacude, porque, sin pobres, su ideología desaparece. ¿Saben quiénes hicieron mucho dinero durante el año completo de la pandemia?

En la madrugada del 27 de enero, Macario Salcedo Cornelio asesinó a su pareja reventándole la cabeza y la cara con un balón de gas. La víctima, Teresa Huaranga Hermitaño, deja huérfanos a 10 niños. Tenía 39 años. Una mente fría y realista nos diría que la noticia en sí no es ninguna novedad en nuestro país. Esa misma mente diría que lo impactante es que deja a 10 hijos en orfandad.

Ni serranos resentidos (los zorros de abajo), ni herederos de clase alta con inservibles y falsos sentimientos de pena ante los pobres (los zorros de arriba); ni mucho menos viejos políticos cuya vida se basa en vivir del Estado, la política y el clientelismo.

Ningún peruano debe vivir con dolor y el duelo eterno. El dolor de saber que un hijo ha muerto es duro; pero, con el tiempo, la aceptación es algo que se forma en la cicatriz que esa pérdida deja. Pero la desaparición de un hijo, el no saber si está vivo o no, es un paralizante sentimiento que nunca sana, una mortal herida que nunca cierra y no te permite continuar con tu vida.

Cuando los vientos del socialismo soplaban en un país ubicado al norte del Perú y esos vientos traían consigo desgracia, pobreza, fracaso y evidente migración, millones y millones de almas caribeñas nunca imaginaron que sus vidas cambiarían para siempre y se convertirían en la segunda migración más grande del mundo.

Una migración descontrolada e ilegal influye directamente en la propagación de cualquier virus. Desde 1983, en que se detectó el primer caso de VIH en el Perú, hasta el año 2017, nuestra patria cerró esos 43 años con cerca de 70 mil casos de VIH/SIDA confirmados. Pero desde ese mismo año 2017 hasta junio del 2024, nuestra patria llegó a más de 177 200 casos de VIH/SIDA.

Los derechos directos de todos los peruanos se basan en tres aspectos: seguridad, salud y educación. Estoy convencida de que si otorgas a tu gente estos tres factores, vas a dar las herramientas necesarias para salir de la pobreza; lo demás será la fortaleza de cada ser humano. Sin embargo, los derechos de cada persona están limitados por los derechos de los demás.

La primera vez que nuestro país tomó la decisión de decirle a la Corte Interamericana de Derechos Humanos “hasta aquí llegamos” en esta suerte de relación tóxica, fue en 1999. La presidencia y el Congreso de entonces trabajaron para retirar al Perú de la influencia de un organismo internacional que trata a una víctima al mismo nivel que un delincuente.

"Tus derechos terminan donde empiezan los míos”. Usamos esta frase cada vez que queremos defender nuestros derechos. Sin embargo, si usamos la lógica, todos estaremos de acuerdo en que, si violas o atentas contra mis derechos,
la consecuencia será que has perdido los tuyos. Esto es lo que nos dice la frase usada y citada de la Convención Americana de

Uno siempre obtiene lo que merece. Sobrevivimos en el país que tenemos porque eso es lo que hemos permitido por conformismo y mediocridad. La últimavez que estuve en un bus de transporte público en Lima fue en el 2020. Es definitivo que cuando alguien encuentra un

Cuando las ratas ingresan a tu casa, ¿qué haces? ¿Les abres más puertas? Después de Colombia, Perú es el segundo destino favorito para la migración de los venezolanos. Colombia alberga más de tres millones de venezolanos; Perú alberga a casi dos millones.

Extorsión. Esta es una palabra que los peruanos nunca vamos a olvidar. Por lo menos, las próximas tres generaciones no lo harán. Mientras escribo esta columna, Rodrigo Mora Flores, otro peruano y padre de familia, ha sido asesinado por sicarios. Nunca antes en la historia de nuestra república, después del terrorismo de Sendero, el país ha vivido momentos tan violentos.

¿Qué es lo que hace a un país grande? La calidad de su gente. Esa masa creativa y productora que recibe los principios del libre mercado y sus grandes beneficios, claro está, para convertirse en esa economía mal llamada “informal”.

En el año 2017, nuestro hermoso país enfrentaba los primeros veinte años del siglo XXI con un porcentaje de pobreza menor al 19 %. Una economía que permitió hacer del turismo el boleto a la libertad económica de cientos de miles de peruanos. ¿La inseguridad? Ese siempre
ha sido nuestro “talón de Aquiles”. Aunque diversas teorías criminológicas, como las de Robert Merton y Richard

El migrante, legal o ilegal, que asesine o cometa homicidio intencional contra un peruano será sentenciado a muerte. Si el asesino u homicida logra escapar –que lo dudo mucho, porque en un gobierno mío ningún criminal podrá escapar del destino que le espera–, será declarado enemigo del Perú y se dará recompensa internacional para hallar su paradero.

Nuestras fronteras están abiertas. El país está desprotegido, a merced de los sicarios, extorsionadores venezolanos y colombianos, pandilleros, gente de mal vivir. Un grupo social sin nada de preparación o alguna capacitación para generar productividad en el país. ¿Los peruanos queremos tener un país con mano de obra barata?

Los países son grandes no por lo que tienen, sino por su gente. El capital humano de un país es su más grande activo y pasivo. Martín Vizcarra recibió un país con 19 % de pobreza, en el año 2018. Cuando fue vacado por el Congreso en el 2020, el país se encontraba hundido en más de 28 % de pobreza. Al llegar al 2024, nuestro país se quedaba en el atraso económico, con casi 30 % de pobres.