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Estados Unidos y Canadá no son parte de la CIDH

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Fecha Publicación: 14/04/2025 - 01:05
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La primera vez que nuestro país tomó la decisión de decirle a la Corte Interamericana de Derechos Humanos “hasta aquí llegamos” en esta suerte de relación tóxica, fue en 1999. La presidencia y el Congreso de entonces trabajaron para retirar al Perú de la influencia de un organismo internacional que trata a una víctima al mismo nivel que un delincuente.
¡Pero! Siempre hay un pero. No lo hicieron de forma correcta. Ergo, la CIDH rechazó el retiro por aspectos técnicos más que por fundamentos de fondo que afectan a nuestra patria. El pasado nos tiene que enseñar lo que no debemos hacer en el presente.
La única forma de salir y no reconocer más las órdenes que lance la CIDH contra el Perú es denunciando a la Convención Americana de “Derechos Humanos”. No hay otro camino. ¿Por qué? Hace más de 40 años, el 21 de enero de 1981, nuestro gobierno de ese momento reconoció la injerencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la justicia peruana. Es decir, la justicia no está más en nuestras manos y tampoco tenemos decisión con ella. Estamos condicionados a la orden de organismos lobistas, corruptos, alineados a la Agenda 2030 y a las fronteras abiertas, para destruir los países con tráfico de humanos, migrantes, delincuentes, órganos, armas y minería ilegal.
Compatriotas: los delincuentes transnacionales que hemos permitido que ingresen a nuestro país se caracterizan por dos delitos que destruyeron a Venezuela: extorsión y tráfico de mujeres y niños. Esas son las fuentes de financiamiento de los
grupos criminales, y no hemos atacado ni la base de su financiamiento. Si Alberto Fujimori tuvo el poder y liderazgo político
de buscar retirar al Perú de la CIDH, ¿qué es lo que falló? Dos cosas: la defensa peruana solicitó la desvinculación “inmediata” de la CIDH. Eso no existe ni está permitido en los artículos de la Convención Americana de “Derechos Humanos”; además,
se pedía el retiro de la Corte. Pero esta figura legal tampoco está permitida en la Convención. La única salida es la denuncia total. En palabras simples, salir de la Convención. El proceso total puede llevar hasta dos años. Solo así nuestro país será libre.
¿Qué países no son miembros de la CIDH? Estados Unidos, Canadá, Trinidad y Tobago, y otras nueve naciones más.
Sus gobiernos hacen negocios con todo el mundo y no hemos visto que hayan fracasado; excepto Estados Unidos, que en los últimos quince años aceptó una inmigración descontrolada e ilegal. No necesitamos mano de obra barata: eso es lo que tenemos en abundancia. El desempleo ha aumentado a 6,4 %, y hay más de un millón 500 mil jóvenes que no estudian ni trabajan. Necesitamos personas que contribuyan al país con conocimiento y creación de riqueza. Y no vamos a lograr ello si tenemos a nuestras espaldas un convenio que pone en el mismo saco a las víctimas y al delincuente.