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Érase una vez en Venezuela

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Fecha Publicación: 04/05/2025 - 20:50
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Cuando los vientos del socialismo soplaban en un país ubicado al norte del Perú y esos vientos traían consigo desgracia, pobreza, fracaso y evidente migración, millones y millones de almas caribeñas nunca imaginaron que sus vidas cambiarían para siempre y se convertirían en la segunda migración más grande del mundo. Fueron 7.9 millones de venezolanos que abandonaron su patria, al ver con tristeza que no era más un lugar para poder vivir y ser feliz. Cuando esos vientos asolaron aquel país, lo destruyeron; más de dos millones de inmigrantes venezolanos encontraron un país, el Perú, que los abrazó y les dio lo que el suyo les negó de la forma más cruel: los obligó a abandonar su hogar.
Los ricos y la clase media acomodada de Venezuela vieron mucho antes que otros la inminente destrucción de su economía. Fueron los primeros en salir y la primera ola migratoria en llegar a nuestra patria. Los últimos en salir de un país destruido son los pobres, las personas menos preparadas y capacitadas y los delincuentes de sus cárceles y pandilleros de calles cerradas. En los últimos cinco o cuatro años, cientos de miles de venezolanos de esa primera ola migratoria ocurrida entre 2017 y 2018 han vivido en la vergüenza de ver, vivir y recordar lo que sus compatriotas están causando en el Perú; y lo que ocurre en nuestro país no es nuevo para ellos.
Cada muerto, cada asesinato y acto extorsivo sanguinario, junto a estas nuevas modalidades delincuenciales, han sido adquiridas, practicadas y efectivas con el uso desmedido de la fuerza, avaladas por un gobierno mediocre y corrupto como el de los chavistas, lo que convirtió a ese hermoso país en el fracaso económico y social que es hoy. Cuando todo esto ocurre, es muy difícil borrarlo de la mente de las personas. Eso significa que conoces el camino y en lo que terminará. Siempre he cuestionado esto a los migrantes venezolanos que encontraron una nueva vida en este hermoso país llamado Perú, con P de Patria: ¿por qué nunca dijeron nada en contra de todos sus compatriotas que han llegado a mi país a destruirle la vida a mi gente? Todos aquellos que recibieron las bendiciones de esta patria y cambiaron su vida, ¿por qué solo agachan la cabeza cuando una familia peruana es enlutada por las manos de un sicario? Eso no basta.
Si cada peruano y cualquier extranjero entienden que el éxodo venezolano es el más grande de América Latina y el segundo más grande en el mundo, sabrán que las consecuencias económicas, sociales, culturales y de seguridad serán comprometidas seria y de forma directa. Los peruanos vamos a luchar para destruir esta delincuencia que llegó desde las fronteras abiertas; pero esa lucha sería más justa si los venezolanos de bien se unen sin condiciones para proteger y salvar al Perú. Mientras no exista ese compromiso, el país no podrá protegerlos.

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