Qué poco le duró la presunta estabilidad política a Dina Boluarte. Su discurso para la tribuna internacional era absolutamente deleznable y el tiempo, rápidamente, se ha encargado de desmentirla. La tierra movediza en el Perú es una constante y más vale que se cuide, porque los empoderados progres podrían ir tras ella también.
Madeleine Osterling
Tenemos recuerdos memorables de un Senado que Fujimori disolvió y eliminó hace 31 años, lo hemos idealizado, en algunos casos con justa razón porque estuvo integrado por políticos mucho más preparados, honestos y comprometidos con el país. De otra manera, no puedo explicar ese apabullante entusiasmo por el retorno a la Bicameralidad.
El temor ha sido siempre uno de los aliados más fieles del poder, que intenta que la población viva inmersa en él. No hay dictadura que se respete que no haya recurrido a la creación artificial de atmósferas de miedo para controlar a sus ciudadanos. En el Perú este fenómeno se ha invertido.
No puedo evitarlo, siento que el Perú está en un absoluto estado de orfandad. ¿Qué va a cambiar en el 2024 para que el gobierno, alegremente, pronostique un crecimiento mayor al 3%?
Tengo un gran aprecio personal y profesional por Juan Fernando Correa, no hubieran podido elegir mejor presidente para el CADE Empresarial que está muy venido a menos y que en Paracas se había convertido en una reunión social de mandos medios.
¿Por qué el ministro Contreras dio un mensaje tan negativo? ¿Solo porque Moody’s declaró que el Perú estaba en recesión y salió en la portada de Gestión? ¿Qué autoridad especial tiene Moody’s que no tengan los muchísimos economistas prestigiosos que lo anunciaban desde hace meses refutando el falso optimismo del gobierno?
Que la presidencia le haya caído del cielo no excusa a Boluarte de la obligación de trabajar y tomar decisiones políticas indispensables. No puede ir por el mundo diciendo que su gobierno le ha devuelto estabilidad política al país, pero no capitalizar esa supuesta tranquilidad para gobernar con un norte claro y liderazgo.
Oscar Vera, el sindicalista enganchado con Petroperú, quiso ganarse la credibilidad de los empresarios mineros.
Cuantos peruanos anónimos fallecen todos los días por falta de atención médica; encuentran las puertas cerradas como el congresista Guerra García o no tienen ninguna posibilidad de llegar a tiempo a un desabastecido centro de salud, por la ausencia de un transporte público que les es absolutamente ajeno. A horas de distancia caminando no hay quien se salve.
“Hemos devuelto esperanza y estabilidad al país”. Un viaje cargado de errores donde Boluarte se sintió obligada a decir mentiras piadosas ante un escenario internacional poco interesado en el Perú. Está sustituyendo la realidad por los deseos y el gran peligro es que se crea su propio relato.
¿Qué va a ocurrir dentro de los próximos dos o tres años en el Perú? El futuro se ha convertido en un absoluto misterio y los augurios son muy pesimistas ante la incapacidad de contar con organizaciones políticas sólidas y candidatos decentes. No hay que hurgar mucho en la historia para evocar la memoria de profesionales honestos y comprometidos con el país.
No sufrimos un cuadro de catalepsia conformista ni nos vamos a resignar a una suerte de docilidad incondicional. Tenemos una atmósfera polarizada, un maniqueísmo que le hace daño al país, pero cuando es necesario defender principios, no podemos huirle a la confrontación. A las cosas mal hechas hay que llamarlas por su nombre, sin medias tintas.
Me atrevo a asegurar que estamos atrapados en un nivel de incompetencia y corrupción sin precedentes y con un gobierno que no tiene plan para absolutamente nada, viven del discurso y la promesa, en #ModoSobrevivencia, intentando durar hasta el 2026.
Se equivoca ministro Chávez, el país si urge de medidas extremas para combatir la criminalidad, pero sobre todo de voluntad política y celeridad. El tema está desbordado, la percepción de inseguridad sigue creciendo, la delincuencia nos afecta a todos, no distingue sectores socioeconómicos ni distritos, es una maldición absolutamente democratizada en nuestro país.
La economía del país está absolutamente deprimida, las 30 empresas lideres de la BVL han ganado 25% menos que hace dos años. Las proyecciones iniciales siempre son optimistas pero la realidad las aterriza rápidamente.
Han demostrado con creces que tienen un desenfrenado desprecio por el Estado de derecho. Son los paladines de la justicia selectiva, pero con un alto nivel de incompetencia. Los jueces se rinden ante su impericia. Han gastado millones del erario, casi sin límite, con pobrísimos resultados.
Dina está retando a la Constitución por tomarse una foto junto a Lula y a otros presidentes latinoamericanos, algunos elegantes prontuariados, en la Cumbre Amazónica en Bélem, escapando por unos días del agobio que suponen los problemas reales del Perú.
Boluarte no quiso excluir a nadie, podríamos bien decir que hubo “café para todos”, esa conocida expresión española que significa ofrecer el mismo trato erga omnes, para contentarlos por igual. Sin embargo, anticipo un café muy amargo. Un verdadero líder sabe que es indispensable priorizar y que los temas álgidos necesitan confrontarse, así sean incómodos.