Entre la derecha blandita y la izquierda inmoral

¿Qué va a ocurrir dentro de los próximos dos o tres años en el Perú? El futuro se ha convertido en un absoluto misterio y los augurios son muy pesimistas ante la incapacidad de contar con organizaciones políticas sólidas y candidatos decentes. No hay que hurgar mucho en la historia para evocar la memoria de profesionales honestos y comprometidos con el país. Con absoluta humildad, mi padre Felipe Osterling Parodi, quien ocupó el cargo de ministro de Justicia en 1980, luego de doce años de dictadura y trabajó, incansablemente, para devolver los medios de comunicación a sus verdaderos dueños y poder cumplir la valiente promesa del presidente electo Fernando Belaunde, quien no dormiría una sola noche en Palacio de Gobierno sin una prensa libre.

Hoy no tenemos a quien mirar. El verdadero liderazgo está acéfalo. El grado de desorden político y social supera los límites de tolerancia de nuestro sistema democrático y este gobierno, débil y pegado con babas no tiene ni la iniciativa ni la legitimidad para liderar una reforma estructural.

“El futuro nadie lo conoce, pero el presente avergüenza a los dioses”. Frase pronunciada por Sófocles (poeta de la tragedia griega) hace 25 siglos que se ajusta perfectamente a la crisis que sufre el país. La economía está muy deprimida, la demanda interna caería en 0.3% este año, más de la mitad de los peruanos creen que los precios suben por especulación de los comerciantes porque poco entienden de inflación y factores exógenos, pero la gran mayoría de la prensa dedica todos sus esfuerzos a discusiones hamletianas sobre la posibilidad de sobrevivencia o no, de los miembros de la JNJ, en lugar de informar y de educar a la ciudadanía. Son absolutamente tóxicos y los grandes responsables de los odios que nos consumen.

La forma como muchísimas entidades y gremios han salido a defenderlos y su campaña de victimización es el reflejo de un país confundido, dividido e hipnotizado por la irracionalidad. Coincido que el Congreso se merece muy poco respeto, el 90% de los parlamentarios son unos impresentables, muchos con prontuario, pero ello no quita que tengan la prerrogativa de fiscalizar a la JNJ y demás entidades constitucionalmente autónomas. Tenemos que aprender a respetar a las instituciones, mas allá de sus fugaces ocupantes.

¿Qué paso con el Plan “Con Punche Perú”? Anunciado como la vía rápida para la reactivación de las regiones y los sectores afectados por la conflictividad social, ha tenido cero eficacia. Cuándo se darán cuenta de que la transferencia de recursos no soluciona nada si esta no va acompañada de planeamiento y gestión.

Durante 2018, Vizcarra transfirió S/ 6,500 millones, cinco veces más del monto que solicitaron para el financiamiento de proyectos de desarrollo social. ¿Algún gobernador regional rindió cuentas? Cómo malversaron o robado ese dinero: 115 carpetas fiscales al cierre de 2021. Su mayor festín fue durante la pandemia. Vizcarra habiendo sido GORE sabía perfectamente de la incapacidad y las malas prácticas, fue clarísimo que estaba comprando aliados. El MEF debería analizar estas nefastas experiencias antes de ofrecer alegremente S/ 4,000 millones para los próximos meses.

Mantengamos el optimismo, pero no estamos bien. La izquierda siempre tiene un norte, un proyecto: la destrucción del orden establecido, generar más y más miseria para inflamar el discurso y capturar el poder, mientras que la derecha es timorata, blandita, compuesta por una inmensa fila de falsos líderes que, de una u otra manera, pretenden disfrazar sus ambiciones, presentándolas como convicciones y actitudes generosas de servicio.

Mientras no tengamos una verdadera derecha, sin disimulos, franca y valiente, que se olvide de las caretas populistas para obtener el poder; con valores y principios insustituibles, el país no estará preparado para nuevas elecciones. Así dure Boluarte hasta el 2026, estamos contra el tiempo.

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