No seamos complacientes, exijamos resultados
Oscar Vera, el sindicalista enganchado con Petroperú, quiso ganarse la credibilidad de los empresarios mineros. Sus generosas promesas en Perumin36, incluyeron la posible viabilidad de Tía María -para ser inmediatamente desmentido por Otárola ante el pavor de una eventual insurrección de los agricultores del Valle del Tambo o los vecinos de Cocachacra– y afirmar que en el Perú no hay población antiminera o enemiga de la inversión, cuando bien sabe de que la aprobación está condicionada a que les chorree inmerecidos millones – fueron diseñadas para complacer a un auditorio ávido de noticias positivas.
Mal del primer ministro, pésimo mensaje a la inversión, disculparlo sería un acto de extrema generosidad que no merece. Al contrario, Tía María debería ser un proyecto emblemático, una excelente opción para demostrar de que sí es posible conciliar los intereses de la minería y la agricultura. Southern ha invertido muchísimo tiempo y dinero tratando de sacarlo adelante, trabajo que ha continuado con la población de Islay que aparentemente habría mejorado su aceptación. Además, sigue apostando por el Perú – ha ofrecido invertir en cuatro nuevos proyectos en el 2024 – amerita que el gobierno se la juegue y no le dé la espalda.
El aplauso y las palmaditas en el hombro que siempre se estilan en estos eventos fueron un premio inmerecido para Vera. No seamos hipócritas, tiene diez meses en la cartera y debería caérsele la cara de vergüenza ante el anuncio de Buenaventura de suspender actividades en su mina Tajo Norte por hasta tres años debido a retrasos en los permisos, o la suspensión de operaciones en una mina de oro y plata de propiedad de Hochschild Mining Plc, ambas fruto de la burocracia y la falta de razonabilidad de la tramitología.
¿Alguna responsabilidad ministro Vera? No. Cree que la Ventanilla Única Digital es la única solución al problema. Efectivamente, cumplió con publicar la norma de inmediato, sin embargo, la VUD existe desde el 2019, creada durante la gestión del ministro Ísmodes, menos ambiciosa que la actual y absolutamente ineficiente: nunca resultó. Me pregunto: ¿Qué pasó con la implementación del Análisis de la Calidad Regulatoria que supuestamente reduciría o eliminaría procedimientos innecesarios o desproporcionados? ¿Qué pasó con la Mesa de Trabajo con los empresarios mineros y gremios para identificar oportunidades de mejora y optimizar los procesos si aún persiste la consulta previa, para las actividades de exploración? No solo no cumplieron con su promesa de reducir los plazos en un 50%, ofrecida en el Perumín34 ante complacientes asistentes, sino que mantuvieron todas las costosas trabas que alejan al capital.
Esta nueva versión de VUD solo está dirigida a mejorar tiempos – en la práctica han centralizado la mesa de partes y establecido un canal único de atención, confiando que los trámites se realicen en forma simultánea. Es una ayuda muy limitada, existen permisos que son requisito de otras autorizaciones, no hay ninguna intención de reestructurar las dependencias públicas, con lo cual la foto será casi la misma. La demora es básicamente atribuible a las personas que están detrás del mostrador, a su falta de criterio, preparación y conocimiento de la industria. Al final, será un saludo a la bandera cuando más se necesita incentivar la inversión.
Esta es la prueba más evidente de que la pobreza no es el resultado del infortunio o fatalidad sino de la falta de decisión política para acabar con ella. Parece que fuera invencible, pero lo realmente invencible son los temores o acomodos de los líderes políticos que no se atreven a tomar decisiones duras, pero necesarias. Los escudos sociales son paliativos temporales e insuficientes, hay que apostar por los proyectos mineros que generan ingresos y puestos de trabajo, es clarísimo que comunidades exaltadas no pueden detener el desarrollo de todo un país.
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