Las leyes están para cumplirlas; no para manipularlas o adecuarlas a conveniencia. Menos aún para hacerlas efectivas cuando le parezca oportuno al juez o a la autoridad de turno.
Según el diccionario de la RAE, la ley es un precepto dictado por la autoridad competente que manda o prohíbe algo, en consonancia con la justicia para el bienestar de la sociedad.