¡La derecha está en falta!

¿Qué fue de aquella intelligenza peruana capaz de construir el país y de destacar en muchos campos? El Perú no ha sido toda su historia esta nación harapienta que es ahora, moralmente devastada, socialmente acomplejada, políticamente enemistada, económicamente arruinada, estructuralmente informal y culturalmente chicha.

El crecimiento del Perú no ha pasado por tantos episodios de hiel y de encono; adicionalmente, pleno de un visceral odio social, sumado a un complejo hamponesco, de índole racial, como este resentimiento desgarrador que ahora nos coloca a niveles de tribu primitiva. Hemos sido un nación culta, pujante, digna, formal, confiable, desarrollista.

Entonces, ¿qué ocurrió para haber descendido a los sótanos de la informalidad más abyecta; de la delincuencia más bestial, de la ridiculez más elemental; de la incultura más salvaje? Aquí no hay otra explicación que la llegada de la épica izquierdista más perversa y vulgar, trajeada de modernidad y ejemplo para las juventudes.

Empezó en los años sesenta del siglo pasado, con la arremetida de la revolución cubana como hito de la humanidad que cambiaría la vida a los jóvenes de aquella generación. Pero aquello no fue más que otra ilusión falsaria. Porque la juventud cubana -y con ella, la latinoamericana- no sólo nunca fue libre, tras la revolución fidelista; sino que además, sus integrantes resultaron siendo presos políticos de por vida, arruinados socialmente y estafados económicamente por aquellos barbudos castristas; y por sus edecanes en el Perú, que consiguieron un lugar en la historia política a costa de destruir la vida a millones de jóvenes compatriotas, a quienes engañaron con esa historieta de Fidel Castro. Desde entonces, el Perú se avinagró, llegando a los alucinantes extremos en los que estamos en pleno tercer milenio.

Sobre el particular, ayer EXPRESO publicó una entrevista de Vladimir Rendón a Miklos Lukács, un académico peruano especializado en filosofía política, quien advierte que el debate en nuestro país está secuestrado por la agenda de los progresistas. Que no es otra cosa que la prolongación de la farsa que la izquierda ha venido vendiéndole a nuestros jóvenes, durante estas seis décadas de estafa política iniciada por la farsante revolución cubana. A lo largo de la entrevista, Lukács repasa la realidad regional actual; empezando por que existen dos mandatarios latinoamericanos percibidos positivamente entre nuestras juventudes: Milei y Bukele; mientras Lula, Maduro, con Boric (Chile), Petro (Colombia) y Morales (Bolivia) los son negativamente. “Milei es la figura política con mayor alcance e impacto internacional en esta región,” y agrega: “La dicotomía política izquierda/derecha aún sigue siendo útil en términos políticos y electorales, ya que permite al ciudadano ubicarse en la izquierda pro-colectivo, estado de justicia; o hacia la derecha pro mercado, individuo y libertad.”

Es evidente que nuestra juventud viene manifestándose cada vez más de manera extremadamente resentida, contestataria, violenta; sin perspectiva de asimilar aún el engaño ancestral al que ha sido sometida por las izquierdas. Lo que revela que la derecha tampoco ha sabido hacer su trabajo. Quizá falta más punible que la anterior.

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