Si queremos paz, preparémonos para la guerra

La izquierda prepara su zarpazo electoral para los comicios de 2026. Su silencio es elocuente. Se sabe perdida tras su fracaso por la intentona fraudulenta de Castillo y el plan comunista/senderista que impuso gracias al apoyo incondicional del, hasta hoy, presidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), el asimismo comunista Jorge Luis Salas Arenas, y su socio, el capo de Reniec, Piero Corvetto.

Por cierto, según su abogado, el golpista/comunista Castillo ha presentado la documentación ante el JNE para inscribir su partido “Todos con el Pueblo”, a efectos de postular en 2026 “para volver a dirigir la jefatura del Estado”. El problema es que Castillo enfrenta múltiples procesos judiciales de muy alto calibre: golpista y ladrón, además de un abecedario de denuncias por múltiples delitos que complican sus intenciones.

Empezando porque está procesado por rebelión; además de intento (fallido) de golpe de Estado; abuso de autoridad; grave perturbación de la tranquilidad pública en agravio del Estado y la sociedad; corrupción, etc. Es más, recientemente el Poder Judicial denegó una tutela de derechos solicitada por este sujeto, demandando se le excluya del acta de intervención policial del 7 de diciembre de 2021, tras ser detenido por la Policía por perpetrar un golpe de Estado fracasando en su intento.

La resolución judicial que denegó dicho requerimiento dicta que la detención de Castillo fue en “flagrancia y públicamente documentada”.
Dentro del espectro zurdo está el “partido morado” de los caviares, que postula a Sagasti, quien abrió las puertas de Palacio a Castillo facilitando que reforme el decreto supremo que fijaba las condiciones para elegir Secretario General de la Presidencia, relajándolas a niveles de náusea hasta permitirle ingresar a la mafia que copó Palacio y el resto del Ejecutivo. Aparte, la izquierda controla a la mayoría de la treintena de “partidos” que participarán en los comicios de 2026; cada cual con su carga explosiva lista para ensamblar asonadas sanguinarias.

Como aquellas que vimos en los tramposos comicios de 2021, amparadas por el mismo presidente del JNE y el jefe de Reniec, decididos a repetir su estafa electoral del 2021.

Finalmente, como reseñamos ayer, el JNE inscribió al partido “Nuevo Perú por el Buen Vivir”, tras el cual postulará a la presidencia la extremista Verónika Mendoza.

El secretario de ese partido anticipa que propiciará “un proceso constituyente a través de un frente de izquierdas”, anticipando una manifestación para el 28 de julio bautizada como “insurgencia ciudadana”. “Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador (el de Boluarte) ni a leyes espurias”. Aunque hay que imaginar que Mendoza habría votado satisfecha por la dupla Pedro Castillo/Dina Boluarte. Consecuentemente, eligió a la actual mandataria como vicepresidenta de la República.

No obstante, esta llorona izquierdista lanza otro amago: “Si los de arriba no nos gobiernan, los de abajo nos autogobernaremos según principios del Sumaq Kawasay”, pactando su amenaza con el Comando Nacional Unitario de Lucha, apéndice de la insurrecta Asamblea Nacional de los Pueblos, sembradora de vientos de fronda. ¡Si queremos la paz, preparémonos para la guerra!

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