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José Cevasco

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Otros de los aspectos que el Congreso debe modificar para cuando tengamos bicameralidad está referido a los órganos políticos que por el reglamento vigente deben cambiarse cada año legislativo. Es decir que cada doce meses el parlamento debe elegir nueva Mesa Directiva, Comisiones Ordinarias, Junta de Portavoces y Consejo Directivo.

Hace algunas semanas manifesté en este mismo espacio sobre los atributos que debe tener un presidente del Congreso, enfatizando que una de las características debe ser la de estar siempre en contacto con los medios de comunicación.

Ayer circuló en redes sociales una fotografía en la que se muestra la conversación privada entre un congresista y un líder político cuya bancada lidera el Congreso en el que el primero le pide, a cambio de su voto, para su grupo parlamentario la Comisión de Presupuesto. Los comentarios en las redes sociales fueron de diverso calibre y dejaron traslucir mucha ignorancia de algunos de ellos.

La elección de la Mesa Directiva del Congreso siempre ha sido uno de los temas favoritos del debate político del mes de julio. Todos los años hay expectativas por los congresistas que tendrán bajo sus hombros el funcionamiento del Congreso.

Faltan pocos días para la elección del nuevo presidente del Congreso y la pregunta que me hacen generalmente en los medios de comunicación es: ¿cuáles son los atributos que debe tener el titular del legislativo? La respuesta tiene diversas aristas pero desarrollaré sólo algunas de ellas.

No se trata de la película del 2007 que protagonizaron George Clooney, Matt Damon, Brat Pitt, entre otros sino que con la creación de la Bancada Socialista ahora nuestro Congreso tiene 13 bancadas.

No recuerdo en la historia temprana del Congreso desde 1980 que el parlamento haya tenido tanta fragmentación.

Estar en política no te hace político. Hace unos días vi por la televisión la entrevista a una dirigente de un gremio y quedé sorprendido de la cantidad de errores de comunicación que vertía ante las preguntas de los periodistas. Un político si quiere ser serio y profesional, no se puede aventurar a la exposición mediática sin previamente prepararse.

El Congreso se vuelve a mover con la reconformación de varias bancadas y todo esto de cara al próximo proceso electoral. La solidez de las bancadas se rompió hace varios años cuando el Tribunal Constitucional del 2018 permitió que los congresistas renuncien a sus bancadas por razones de conciencia.

Hace unas semanas en este espacio escribí sobre la necesidad de reformar el procedimiento de la presentación y estudio de los proyectos de ley que presentan los Congresistas. Propuse que los parlamentarios deben presentar anteproyectos de ley y que luego de recibir un dictamen favorable recién se denominen proyectos de ley.

Como no se veía hace algunos años, la sesión de pleno del Congreso del 6 de junio terminó entre gritos y desordenes. Ojo no debemos solo evaluar la imagen que vimos por la televisión, sino que debemos evaluar las razones de ello.

En esta oportunidad quiero compartir un correo anónimo que describe seguramente la situación de muchas empresas en el Perú.

La vida transparente a la que nos obligan las herramientas tecnológicas nos debe hacer más cuidadosos en su uso, sobre todo cuando nuestro trabajo puede ser fácilmente contrastable.

Claro que apostamos por la gobernabilidad pero el más interesado en ello el poder ejecutivo, es el que menos hace para mantenerla. Es cierto que gran parte del Congreso le da su apoyo a la señora Boluarte, pero los permanentes errores que comete le podrían jugar en contra en el corto plazo.

El jueves pasado realicé una transmisión en TikTok sobre asuntos políticos, y me vino a la memoria la forma que se trabajaba en las cámaras legislativas hasta antes de 1992. Recordé que el horario de trabajo se iniciaba a las 10 de la mañana y que el refrigerio era de 1 p.m.

Conversando con unos amigos sobre el comportamiento del Congreso en las últimas semanas, me hacían notar que no hay quien “peche” ante las críticas.

Si me preguntaran cada qué tiempo son necesarias las reformas, mi respuesta sería que las reformas se hacen cuando el resultado de lo que se está haciendo ya no son favorables. Eso es lo que pasa en el Congreso y no refiero al manejo actual, sino al comportamiento de los últimos 30 años.

Hablar a favor de la inmunidad parlamentaria en estos tiempos es una especie de suicidio político y quizás más de una persona ya empezó a enfurecerse conmigo sin haber terminado de leer esta columna.

Estamos a dos años y algo más para terminar con el actual régimen y el futuro de la jefa de Estado se mantiene aun incierto. La mayoría de los analistas manifiestan que tanto el Congreso como el gobierno se mantendrán hasta el 2026, pero yo no lo veo así.

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