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Harold Alva

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Escritor, editor y analista político. Ha publicado una veintena de libros, entre los que destacan Lima: la épica del desastre (2012) y Ciudad desierta (2014). Dirige los Seminarios Abiertos de Formación, Editorial Summa y el Festival Internacional de Poesía Primavera Poética.

Hace dos semanas, el cineasta Mario Pozzi-Escot me hizo una entrevista para “Butaca del fondo”, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en un ciclo con el que intenta capturar la memoria de lo que acontece en nuestro país, a través del testimonio de escritores, pintores, ensayistas y catedráticos.

Tenemos fecha: del 5 al 8 de septiembre, realizaremos la décima edición del Festival Internacional Primavera Poética. Desde ahora, y durante los próximos dos meses, anunciaremos a los poetas que serán homenajeados en nuestra fiesta de fraternidad literaria.

Tenía diecisiete años cuando publiqué mi primer libro de poemas, vivía en Trujillo. En aquel entonces creía que la poesía era un género fácil de vender, sin embargo la timidez propia de esa edad, hizo que no me atreva a ofrecer mis libros en Trujillo, sino en Piura.

“El poeta Eguren es de talla mediana. En su rostro, de noble tono blanco algo tostado, sus cuarenta y tres años balbucean ya algunas líneas otoñales. Sus maneras espontáneas, cortadas en distinción y fluidez, inspiran desde el primer momento devoción y simpatía. Nos habla; y sus explicaciones de algunos de sus símbolos nos sugieren las más raras ilusiones”.

Abordar la obra del Inca Garcilaso de la Vega, significa un reto mayor.

Cuando la ex regidora Rosa Valenzuela, responsable de la Casa del Vecino de la Plaza Ágora, de Jesús María, me invitó a participar en un recital por el día del poeta, acepté de inmediato. Yo no dudo cuando se trata de participar en espacios recuperados para la escritura.

Este es el sexto año que se realiza la Feria del Libro de San Borja cuyo eslogan: “Leer al Perú”, se viene cumpliendo a cabalidad. Año tras año, los organizadores se preocupan por celebrar la literatura de una región, invitando a sus escritores más representativos. Así hemos visto presentar a poetas, narradores y ensayistas de Piura, Áncash, Ayacucho y La Libertad.

Tenía ocho años cuando mi padre me enseñó a declamar “Blasón”, el famoso soneto de José Santos Chocano. Desde entonces no he dejado de leerlo. Su destreza con los endecasílabos y alejandrinos cautivó mi fijación por el verso clásico, a ello agregar su épica en la forma y el mensaje.

“Ninguna soledad como la mía” (Secretaría de Cultura del Gobierno de México), reza el título de la antología poética del escritor, museógrafo y político mexicano Carlos Pellicer Cámara, preparada por el editor, traductor y crítico literario Juan Carlos Abril, curador de las Jornadas Pellicerianas, que, hoy viernes, continúan con su segundo día de actividades, en la localidad de Villahermosa, Ta

“Y ya para terminar”, decía irónico cuando sabía que le quedaba tiempo para tres o cuatro poemas, y sonreía con ese gesto conmovedor que nos desarmaba a todos. Los años en Concepción le entregaron raíces, aquellas que durante décadas sintió que vibraban en alguna parte, menos en los territorios a los que fue sitiando con sus traducciones, la revista “Trilce” y las publicaciones de LAR.

Esperé aprobar el ciclo para acercarme a dialogar con él. Era 1995 y, en Trujillo, todavía era imponente la conmemoración del centenario del nacimiento de César Vallejo. Santiago Aguilar le había publicado “Meditaciones de un oso caminante” en la famosa colección en su homenaje.

Tengo dos lecturas sobre el embajador Óscar Maúrtua de Romaña y su papel en los últimos dos gobiernos. En principio, considero que no debió aceptar la cancillería de Pedro Castillo porque al hacerlo, legitimó a un incapaz que llegó al poder para servirse del Estado. Cuando Pedro Castillo lo convocó, ya se conocían las denuncias de la casa de Sarratea y sus sobrinos.

Hace unos días, desconcertado por los más de 50 muertos en las protestas, escribí en mi muro de Facebook: «No es 1980, es el 2023. Solo la indolencia, el cinismo y la crueldad explica que Boluarte no renuncie». El historiador Germán Peralta comentó que me había dejado ganar por el apasionamiento. Créame, querido lector, que no hubo apasionamiento en mi post.

Lo leí, por primera vez, gracias a Círculo de poesía, el maravilloso portal que generosamente nos acerca a lo que se escribe en el mundo. «Ciudades a las que se entra y no se sale», apunta en uno de sus versos. Me capturó la vitalidad de sus textos, esa frescura que arropa para continuar leyéndolo. Su arte poética dedicada a Marco Antonio Campos:

¿Qué perspectivas tiene para el 2023? Me preguntaron hace unos días en una entrevista. “Escribir”, respondí. Escribir con el mismo asombro de cuando advertí que un extraño poder se hacía cargo de mis palabras. Yo tenía ocho años y la convicción de entregar mi vida a ese estremecimiento, a esa sensación que replicaba lo que mi voz no se atrevía por timidez o por pudor.

En mamá la Navidad era un pretexto para reunirnos. Siempre hubo cena en Nochebuena, me parecía increíble cómo la oscuridad del 24 era alumbrada por un árbol y un bello nacimiento en el que todos alguna vez tuvimos la responsabilidad de poner al niño en el pesebre. Primero fue mi hermana Holenka, luego la relevé yo, después mi hermano Stalin, Evelin, así hasta Slim, el menor de mis hermanos.

¿Cómo escribir una columna en esta página cultural cuando la indignación es política? ¿Cómo remitirme a los capítulos de algún libro cuando en las regiones de mi país las piedras y las balas reemplazaron las palabras?

Organizar una feria de libros todavía es una empresa de alto riesgo en el Perú. Aún a pesar de que la apuesta es por la cultura, por su democratización, por resolver el problema de la distribución y la recuperación de espacios para recitales, conciertos, seminarios, exposiciones; aún es difícil. ¿Qué necesita un gestor de la autoridad edil?

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