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Fecha Publicación: 03/12/2022 - 21:10
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Organizar una feria de libros todavía es una empresa de alto riesgo en el Perú. Aún a pesar de que la apuesta es por la cultura, por su democratización, por resolver el problema de la distribución y la recuperación de espacios para recitales, conciertos, seminarios, exposiciones; aún es difícil. ¿Qué necesita un gestor de la autoridad edil? Licencia, permiso, la organización y convocatoria va generalmente por cuenta del equipo de feria. El día miércoles 22 culminó la Feria del Libro de Barranco, primera actividad que organiza la Fundación Iberoamericana para las Artes, que tengo el honor de presidir. La experiencia fue valiosa y esperanzadora porque encontró respuesta en la otra parte, Pedro Macuri, gerente de cultura de Barranco, fue sumamente diligente con nosotros, esos días contamos con el auditorio de la Biblioteca Manuel Beingolea, con personal de la municipalidad, equipos, mobiliario, todo lo que se necesitó para desarrollar con éxito la programación cultural, por ello mi agradecimiento a la municipalidad, a su gerente de cultura y a quienes constituyen su equipo.

Hace unos días, en diálogo con Adrián Alberto y Elí Urbina Montenegro, nos preguntábamos por qué seguíamos en esto cuando sabemos que tal como lo decía el viejo eslogan de una desaparecida cerveza “la poesía nunca será la más popular”, entendido que no es porque nos interese ser populares, aterrizamos en una respuesta que me conmovió viniendo de una generación más joven que la mía: “porque nos necesitamos para vivir”. Sobrevivientes a la pandemia, sobrevivientes en un país cuyas autoridades permanecen en una disputa siniestra por el poder político, qué importante es que desde algo tan elemental como la palabra, la apuesta por generar espacios como agentes de cambio, es alentadora. “Vuelvo a creer en este país”, dijo Iván Adrianzén después de presentar a la orquesta filarmónica infanto-juvenil. Precisamente eso es lo que a mí siempre me ha movilizado para persistir: la necesidad de vivir accionando desde la preocupación por el otro, por entregarle herramientas para cultivarnos, para que algún día la población se preocupe en conocer su historia y pueda al fin reencaminar el destino de este país invadido por la desidia y el desdén de quienes ven la cultura no como respuesta al problema sino como amenaza. Yo soy un hombre que cree porque estoy rodeado de gente que cree.

Gracias a los expositores que no dudaron en fortalecer con su presencia esta iniciativa; gracias Iván por confiar en mí desde los días más aciagos de la pandemia, gracias Sol Pozzi-Escot por desde tu juventud hacer de este proyecto una dinámica propuesta; gracias Stalin, hermano, por ser mi brazo derecho desde que teníamos seis años y, por supuesto, gracias a ese ángel que desde el silencio siempre ha estado aquí persuadiéndome para que nunca deje de creer en lo que sueño. Roberto Juarroz señalaba: “…el amor es simplemente eso:/ la forma del comienzo / tercamente escondida/ detrás de los finales.” Aunque no haré público el lugar de la próxima feria del libro y la diversidad cultural, puedo confesarles que será la primera feria internacional del 2023. Continuar con esta responsabilidad dependerá de las políticas públicas que comprometan a los municipios como centros de reactivación cultural. En ese sentido, la municipalidad de Lima juega un rol importante. Se necesita recuperar los espacios (plazas, teatros, bibliotecas, parques zonales) para organizar una agenda transversal y efectiva. La Feria del Libro de Barranco terminó el miércoles, diciembre será para organizar.

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