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Aaron Salomón

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Periodista.

1.- Como era de esperarse, la cuatrinca caviar del Tribunal Constitucional (Carlos Ramos, Eloy Espinosa Saldaña, Manuel Miranda y Marianella Ledesma) avaló el golpe de Estado asestado por el presidente de la República, Martín Vizcarra, al disolver de manera “fáctica” el Congreso el pasado 30 de setiembre.

Lo que mal empieza, mal acaba. La reforma constitucional del presidente Martín Vizcarra -elaborada, vale decir, por su grupo de “notables”- resultó ser un rotundo fiasco.

1.- El Jurado Nacional de Elecciones, a cargo de Víctor Ticona (embarrado por ‘Los Cuellos Blancos del Puerto’), ha excluido a candidatos al Parlamento por formalismos estúpidos como no declarar autos (chatarras en muchos casos). ¿Será que Ticona juega en pared con el Gobierno de Martín Vizcarra para evitar que se forme una recia oposición?

El desaforado fiscal José Domingo Pérez hace lo que le da la gana. Y como su jefa, la FN Zoraida Ávalos, no dice ni pío, Pérez ha emprendido una vil persecución en contra de los magistrados del Tribunal Constitucional que fallaron a favor de excarcelar a Keiko Fujimori. Lo sucedido con Ernesto Blume es un escándalo.

1) Veo desfilar a varios candidatos al siguiente Congreso (tras el golpe de Estado de Martín Vizcarra) que prometen el oro y el moro con tal de alcanzar una curul. Prácticamente quieren resolver todos los problemas del Perú en un año y poco más de gestión.

1. El presidente de la República, Martín Vizcarra, sigue enarbolando la bandera de lucha contra la corrupción; sin embargo, cada día que pasa esta misma salpica su “prístina” figura. Pamplinas, dirán las guaripoleras que rapiñan publicidad estatal.

Parece que la luna de miel terminó. La injusta remoción del periodista Hugo Coya del Instituto de Radio y Televisión del Perú (IRTP) ha provocado que varios coleguitas vizcarristas arrojen los pompones y le exijan al presidente que expectore a Francisco Petrozzi del Ministerio de Cultura.

1) Lo admito: me equivoqué. En una columna anterior, sostuve que Keiko Fujimori no recuperaría su libertad, toda vez que la cuatrinca caviar (¡parece que ya se quebró!) del Tribunal Constitucional se valdría de las declaraciones de Jorge Yoshiyama y de los empresarios mercantilistas para mantenerla enjaulada.

1) A pesar de que recibir aportes ilegales no era delito en el 2011 (enhorabuena que ahora sí lo sea) y que jamás fue Gobierno, la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, seguirá enjaulada.

1) Luego de 14 años atornillado en el poder, finalmente el izquierdista Evo Morales deja la presidencia de Bolivia. Morales tuvo que dimitir ante el estallido social que provocó lo expuesto por la OEA: hubo fraude en las últimas elecciones.

1) La ministra de Economía y Finanzas, María Antonieta Alva, no tiene la menor idea de cómo el Gobierno del presidente de facto Martín Vizcarra va a subir el sueldo mínimo y, a la vez, incluir a todos los peruanos que no tengan seguro médico al Seguro Integral de Salud (SIS). Está en la luna.

1) Después de cerrar inconstitucionalmente el Congreso interpretando que la cuestión de confianza le fue rechazada de manera “fáctica”, el presidente Vizcarra está dándonos la razón a quienes creemos que se ha convertido en un dictador. Veamos.

Como era de esperarse, la cuatrinca roja (humalista) del Tribunal Constitucional -integrada por Eloy Espinosa-Saldaña, Carlos Ramos, Marianella Ledesma y Manuel Miranda- consolidó el golpe de Estado perpetrado por Martín Vizcarra, quien disolvió el Congreso de la República al interpretar una denegación “fáctica” de la cuestión de confianza.

En una columna anterior señalé que el presidente de la República, Martín Vizcarra, tenía todas las de ganar si se presentaba una demanda competencial por la disolución inconstitucional del Congreso ante el TC, en tanto se mantenga enquistada la argolla roja (humalista).

En tanto la argolla roja -liderada por el magistrado Eloy Espinosa-Saldaña y que es mayoría con cuatro votos- se mantenga enquistada en el Tribunal Constitucional, cualquier intención de revocar la disolución inconstitucional del Congreso de la República es en vano.

Tuvieron que pasar 27 años para que un presidente de la República aseste un nuevo golpe de Estado. Martín Vizcarra, como ocurrió el 5 de abril de 1992, disolvió el último lunes el Parlamento inconstitucionalmente al considerar denegada de manera “fáctica” la cuestión de confianza para modificar la elección de los miembros del Tribunal Constitucional.

La coalición vizcarrista (bloque de periodistas, fiscales, caviares, comunistas y ONG’s adictos al Gobierno, como bien ha descrito Fernando Rospligliosi) ha hecho de todo los últimos días para embarrar la selección de seis nuevos miembros del Tribunal Constitucional.

1) Desde este espacio he venido advirtiendo una paradoja: Fiorella Molinelli es investigada de forma preparatoria por presunta colusión agravada al haber firmado la lesiva adenda del contrato del aeropuerto de Chinchero (Cusco), pese a que esto lo hizo por orden expresa del entonces ministro de Transportes Martín Vizcarra, quien se encontraba -oportunamente- fuera del país.

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