Grandes maestros del Derecho, a través de los siglos, han desarrollado teorías sobre la interpretación jurídica, primero, y luego sobre la interpretación constitucional, las mismas que han ido evolucionando de forma coherente con la tradición de cada sistema predominante en sociedades disímiles, según el nivel de aceptación del principio de supremacía constitucional como concepto superior al de
Ernesto Álvarez Miranda
Cuando Ana de Gran Bretaña fallece en 1714, estaba vigente la Ley de Establecimiento, que impidió que le sucedieran los católicos de su línea dinástica; por ello, el hijo de Ernesto de Brunswick-Luneburgo, nacido en Hannover, llegó a ser rey de Inglaterra con el nombre de Jorge I, aunque no hablaba inglés y manifestaba más interés en sus posesiones en Bremen que en su corte de Kensington.
En junio de 1827, se instala el Congreso General Constituyente, convocado a la caída de la dictadura de Bolívar por Andrés de Santa Cruz. La asamblea es presidida por el religioso liberal Francisco de Luna Pizarro y, a los pocos días, designa presidente de la República a José de La Mar, invocando las atribuciones proporcionadas por la Constitución de 1823.
Los países que alcanzaron a construir una democracia estable son aquellos que, por diversas circunstancias, consagraron un sistema de partidos con dos grandes organizaciones en el centro del espectro político: de un lado, un partido político de centroderecha y, del otro, uno de centroizquierda, manteniendo el consenso en torno a los denominados Acuerdos Fundamentales en cada proceso electoral;
Si las normas constitucionales pudiesen construir realidades, bastaría redactarle una buena Constitución a Haití para darle estabilidad y democracia. Por eso mismo, no es suficiente haber agregado un Senado a nuestra arquitectura constitucional para mejorar la calidad de las decisiones del Legislativo, pues mucho dependerá de las virtudes personales de quienes logren ser elegidos.
No es posible cultivar la especialidad sin tener una razonable capacidad de comprender el funcionamiento de la política, pues lo contrario nos puede llevar a sacralizar la norma positiva por encima de la realidad, la intención del legislador sobre la dinámica de la sociedad.
La democracia como sistema guarda interesantes paradojas, como el darle igual valor al voto de una persona que no trabaja ni estudia, que al de un emprendedor que lucha contra la burocracia y la delincuencia para operar su bodega.
Qué duda cabe de que el Perú es un maravilloso laboratorio de Ciencia Política, taller extremo de Derecho Constitucional, desde 1977, cuando se convocó a la Asamblea Constituyente como instrumento para salir ordenadamente de la dictadura militar, ahogada por la crisis económica surgida años antes en Estados Unidos. Entonces, se habló de la salida a la peruana en muchas universidades del mundo.
Los académicos de izquierda lucharon durante la segunda mitad del siglo XX por confundir el concepto de democracia, adjudicándole diversos significados, muchas veces opuestos a su contenido esencial.
Toda sociedad tiene tres tipos de personas: aquellas que realmente son beneficiadas por el sistema imperante y, por lo tanto, pueden llegar incluso a la violencia para impedir cualquier cambio que amenace sus privilegios.
Constituye una regla conocida que el consenso produce institucionalidad, mientras que la polarización la debilita.
Las primeras controversias en la democracia se suscitaron en Inglaterra, entre quienes estaban a favor de mantener las prerrogativas reales y aquellos que propugnaban trasladar el poder político a los electores, necesariamente propietarios, en virtud de la novísima teoría defendida por John Locke y otros pensadores que suponían que todos los electores eran iguales y que el ciudadano votaba por
Cuando no se tiene talento alguno y tampoco las ganas de estudiar, pero sí una familia dispuesta a pagar costosas pensiones de enseñanza en una prestigiosa universidad particular, se puede pertenecer al fandango de una carrera interesada en convertir a adolescentes confundidos en activistas radicales de una ideología totalitaria, a falta de mejores contenidos.
No existe una nación con más complejo de culpa que Alemania. Razones no le faltan, por cierto, pero no es el único pueblo que, dirigido por caudillos populistas, ha propiciado guerras, hambrunas y genocidios.
Muchos se han quedado con la imagen de Giorgia Meloni vociferando contra la ideología de género al lado de Santiago Abascal o, ante el insulto de Macron a los italianos, mostrando el billete que Francia imprime para algunos países africanos, evidenciando su vergonzoso neocolonialismo; pero, en realidad, es la líder política hábil e influyente, y posiblemente haya consolidado un modelo a seguir.
No se ha disuelto el parlamento alemán inconstitucionalmente como si se tratara del Congreso peruano en la época de Vizcarra. En principio, el tipo de gobierno parlamentario tiene la cualidad de absorber las crisis, propiciando el cambio de gobierno mediante elecciones parlamentarias anticipadas.
El año que termina nos sorprendió con una izquierda marxista levantando las banderas de seguridad ciudadana para intentar, nuevamente, derribar el débil gobierno de la vicepresidenta de Pedro Castillo.