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José Cevasco

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La semana pasada tuve el placer de participar en la VIII Feria del Libro del distrito de San Borja, por invitación del Fondo Editorial del Congreso, para que, junto con el Dr. Hugo Rovira, ex Oficial Mayor del Congreso, analizáramos algunos aspectos de la bicameralidad parlamentaria, que hará su nuevo debut en nuestro país desde julio de 2026.

Varias bancadas han presentado un proyecto de resolución legislativa que incorpora un párrafo al artículo 25 del reglamento, para establecer el principio de neutralidad de los congresistas de la República.

La reciente aprobación del dictamen por parte de la Comisión de Constitución y Reglamento del Congreso, que otorga inmunidad parlamentaria a los legisladores por delitos comunes, ha generado un debate intenso y polarizado en la opinión pública.

La semana que termina ha sido decisiva para el gobierno, que realizó una importante reestructuración en su gabinete tras la renuncia del presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén.

Cuando se elaboró el artículo 86 del reglamento referido a las censuras ministeriales, se hizo con la lógica de que las mociones de censura se presenten “en caliente”, luego de que el ministro se presente ante el Congreso a través de una interpelación o una invitación, asegurando así un debate en el marco de la coyuntura política y parlamentaria.

Lo sucedido en la última sesión del Congreso respecto a la inhabilitación del expresidente Martín Vizcarra, en la que no se alcanzaron los votos debido a la inasistencia de 49 congresistas que, al parecer, se tomaron los días feriados de largo y no tuvieron la decencia de votar siquiera virtualmente, hace que nuevamente me refiera a la necesidad de replantear la incorporación de artículos al re

Los partidos políticos son el eje fundamental de la democracia, actuando como intermediarios entre la ciudadanía y el Estado. Sin embargo, muchos partidos enfrentan crisis de credibilidad y eficiencia, lo que subraya la necesidad de un fortalecimiento basado en la capacitación continua y la meritocracia.

No soy de los que creen que, cuando un exministro, un exparlamentario o un exgobernante dejan de serlo, deben salir de la esfera política y abandonar el aparato estatal, dejando de lado su experiencia para irse a la actividad privada.

La comida no es un asunto indiferente a la política y se usa como herramienta para conseguir acuerdos y realizar conversaciones que pueden solucionar problemas del más alto calibre.

¡No tenemos políticos preparados! ¡Algunos parlamentarios no saben cómo funciona el Congreso! ¡Deberíamos poner más requisitos para tener mejores parlamentarios!

Alguna vez me han preguntado qué se podría hacer para que nuestro Congreso sea mejor. La respuesta a esa pregunta es amplia, ya que básicamente la opinión pública califica la conducta de los parlamentarios y del Congreso sobre la base de lo que ellos comunican.

El jueves, en una entrevista radial con el experimentado periodista Chema Salcedo, entre diversos temas relacionados con la política, hablamos sobre aquella parte de la población que no siente que la forma en que viene funcionando el país le otorgue beneficios mínimos para vivir; es decir, hablamos de la población que siente que está fuera del sistema y que este no le da trabajo, educación ni,

No es novedad que el respeto entre los poderes del Estado e instituciones autónomas como la Fiscalía de la Nación en el Perú sea, por ahora, un buen deseo e incluso un sueño inalcanzable.

La observación del Poder Ejecutivo al proyecto de ley aprobado por el Congreso sobre la prisión preventiva ha puesto en jaque al Congreso. El gobierno se esperó casi los 15 días útiles para presentarla, sabiendo que la fecha coincidiría con el receso parlamentario que termina el 28 de febrero próximo.

Más allá del debate de si nuestro Congreso será mejor con la bicameralidad, creo que ha llegado el momento de replantearnos el tipo de sistema político que debemos tener.

El Congreso viene afrontando una crisis de las tantas a las que nos tiene acostumbrados y, como sabemos, las crisis concentran la atención de la opinión pública y no dejan ver el resto del escenario institucional.

La estrategia aplicada por Cambio 90-Nueva Mayoría durante el Congreso Constituyente Democrático y luego en el Congreso hasta el año 2000 respecto al Servicio Parlamentario fue la más acertada políticamente, y aquí describiré las razones.

No soy de aquellos que contribuyen con el “apanado mediático” cuando las personas o las instituciones sufren alguna crisis de reputación; sin embargo, dada la coyuntura, estoy obligado institucionalmente a escribir sobre el escándalo desatado por la muerte de una ex trabajadora del Congreso y su vinculación con acciones relacionadas con presuntos favores sexuales ofrecidos por un exfuncionario

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