El centro de capacitación del Congreso

¡No tenemos políticos preparados! ¡Algunos parlamentarios no saben cómo funciona el Congreso! ¡Deberíamos poner más requisitos para tener mejores parlamentarios! Son solo algunas de las frases que venimos escuchando hace mucho tiempo, pero, cuando se hace pública la noticia de que el Congreso quiere construir un centro de capacitación, los mismos que reclaman mejores políticos y parlamentarios se oponen por el hecho de que dicho centro funcionará en un balneario del sur de Lima.
Conozco el funcionamiento del Congreso desde hace más de 30 años y sé de sus fortalezas y debilidades, y una de estas últimas es precisamente la falta de un ente que forme académicamente a parlamentarios y también a las personas que desean trabajar en el Parlamento.
El funcionamiento parlamentario es un asunto que debe importarnos a todos y debe estar fuera del sentimiento mezquino de personas que exigen buenos parlamentarios, pero que piensan que ello no debe ser parte de la inversión del Estado en el capital humano que pretenda pertenecer al Congreso o que ya forme parte de él.
El centro de capacitación del Congreso no debe interpretarse como un gasto superfluo, ya que más le costará al país tener personas no capacitadas que ejerzan la función congresal que contar con gente preparada.
Hoy, tanto los parlamentarios como el personal nuevo del Congreso aprenden con la práctica, que en promedio dura por lo menos dos años de actividad continua. Los cursos de inducción que reciben los congresistas cada cinco años al ser electos duran tres días, se realizan en hoteles fuera de Lima y, en realidad, les sirven de poco o casi nada.
El centro de capacitación está pensado en los congresos futuros y no para este ni para el siguiente. Otras sedes parlamentarias tienen centros de estudios que forman a personas que quieren ser congresistas o que quieren hacer carrera laboral en el Parlamento.
El centro estará diseñado para que la población se forme no solo en los aspectos académicos del derecho parlamentario, sino en los aspectos de comunicación, negociación política y otras habilidades blandas que necesita el profesional en la política.
Algunas instituciones públicas tienen sus centros en Chaclacayo o Chosica y nadie les dijo nada porque las consiguieron en los años 70, cuando estábamos en dictadura y no había Congreso.
El centro permitirá también formar ciudadanos que quieran postular a los concursos públicos congresales que se abrirán en el futuro para que la bicameralidad funcione mejor.

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