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José Cevasco

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Hoy el Congreso recibirá al segundo gabinete del presidente Castillo. La atmósfera sigue tensa tal como sucedió con el expresidente del consejo de ministros Bellido, pero esta vez por el cuestionamiento a los ministros del Interior y de Educación.

Al parecer existe sólo un camino en el que tendrán que encontrarse la presidenta del Congreso y la presidenta del Consejo de Ministros para poder llegar a un “acuerdo” que permita la convivencia entre los poderes políticos que lideran.

Me llamó la atención la velocidad de la recomposición del nuevo gabinete que, a diferencia del gabinete Bellido, se realizó rápidamente, lo que nos demuestra que fue concebido con antelación por el presidente Castillo, es decir que no fue un hecho emergente, sino que fue bien “cocinado” con días de antelación.

El Congreso aprobó el 16 de septiembre pasado el proyecto de ley que desarrolla el ejercicio de la cuestión de confianza, la que está en manos del Poder Ejecutivo para ser promulgada u observada; el plazo para ello vence el 7 de octubre. Lo probable es que el presidente Castillo la observe y sea el Congreso quien la apruebe por insistencia y la promulgue.

La semana de representación de los congresistas fue la semana pasada.

La semana pasada Datum publicó el estudio de opinión pública correspondiente a septiembre del presente año. No me llamó la atención la desaprobación del presidente Castillo ni la de su gobierno, ya que existen razones suficientes para dicha calificación; sin embargo, sí me causó preocupación la desaprobación del Congreso.

Durante el sábado, día en que murió Abimael Guzmán, las redes sociales reventaron con escritos de rechazo al terrorismo y eso está bien. Pero además se hicieron sentir aquellos que no creían que Abimael Guzmán había muerto.

Asistí la semana antepasada a la sesión del pleno del Congreso y me llamó la atención la cantidad de gente; asistencia de parlamentarios casi al cien por ciento, así como de sus asesores. No había en las galerías público ni periodistas. El ambiente estaba cargado por la adrenalina política y porque además no había un riguroso cumplimiento de las normas de salubridad.

La gobernabilidad no es sinónimo de un “cheque en blanco” para que un gobierno haga lo que quiera y pretenda que el Parlamento deje de usar sus mecanismos de control político. No debe usarse la palabra gobernabilidad como “biombo”. La gobernabilidad es la capacidad que tiene un gobierno para solucionar las demandas sociales y no caer en el desborde social.

El jueves 26 el presidente del Consejo de Ministros y su gabinete asistirán al Congreso para exponer su política general de gobierno y las medidas que requiere su gestión para solicitar luego el voto de confianza, que al parecer les será otorgado en nombre de la “gobernabilidad” y para evitar que se etiquete al Congreso de “obstruccionista”.

Los primeros quince días de funcionamiento del Congreso, de este periodo parlamentario, será recordado como el más desdichado para un grupo parlamentario del gobierno.

Es osado que el señor Castillo, que ganó el primer lugar de unas elecciones generales con menos del dieciséis por ciento de los votos, se irrogue representar al pueblo, sobre todo, cuando su sola presencia en el gobierno y sus primeros actos han logrado inestabilidad en los planos político y económico.

Cuando se asume un cargo, sea público o privado, la persona deja de ser él y se convierte en quién representa. En el caso del señor Pedro Castillo, por ejemplo, él ya no debe actuar como un ciudadano más, sino que debe sujetarse a los beneficios y costos de ejercer la institución de la presidencia de la república.

Hoy el Congreso elegirá a los integrantes de la Mesa Directiva. Es sin duda una elección que marcará el perfil ideológico del presente Parlamento.

Esta semana se inicia el proceso de constitución del nuevo Congreso para el periodo 2021-2026. Será el primer Congreso quinquenal, luego de la reforma constitucional para la no reelección inmediata de sus integrantes.

Alguna vez alguien me dijo que “el Congreso es como la arena movediza, porque los congresistas al andar durante sus cinco años por él y sin darse cuenta, el fango se los va comiendo hasta desaparecerlos”.

Estando tan cerca del inicio de actividades para el nuevo Congreso, creo que es pertinente reflexionar sobre su desempeño en el futuro inmediato. Nueve Grupos Parlamentarios lo hacen casi inmanejable desde el punto de vista de la eficiencia. La población electoral es, sin temor a equivocarme, la responsable de que las cosas inicien y probablemente terminen mal.

Los escenarios parlamentarios para el inicio del nuevo Congreso aún no están definidos. La dispersión de los bloques parlamentarios para el Congreso 2021 dependerá del resultado de la segunda vuelta que aún no lo sabemos.

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