¿País gobernable?

Los escenarios parlamentarios para el inicio del nuevo Congreso aún no están definidos. La dispersión de los bloques parlamentarios para el Congreso 2021 dependerá del resultado de la segunda vuelta que aún no lo sabemos. No será fácil preverlos puesto que dentro de cada grupo parlamentario existen corrientes que tratarían de establecer liderazgos, no sólo relacionados a los aspectos operativos de gobierno, sino que estarían cargados de componentes ideológicos.

Los nueve grupos parlamentarios tendrán que definir su apoyo al gobierno. Dentro de las nueve bancadas es probable que existan discrepancias, lo que podría generar rupturas y aumentar el número de grupos parlamentarios haciendo que el Congreso tenga problemas de administración política interna y no pueda lograr los acuerdos necesarios para que el parlamento funcione bien.

Así, es muy probable que el parlamento que tengamos tenga un perfil confrontacional, sea cual fuere los bloques que se definan, y que el gobierno no cuente con los aliados políticos que le permitan tener la estabilidad necesaria para gobernar. Es decir, tendremos un Congreso que se enfrente al gobierno, pero a la vez, un Congreso que tendrá problemas para su propia estabilidad interna.

A dicha inestabilidad, hay que sumarle la que se generará en la población. El país quedará dividido luego de los resultados electorales y ello se hará sentir en las calles generando un clima de convulsión social lo que podría terminar en una crisis política generalizada. El escenario político probable será riesgoso y podrá terminar en un país ingobernable.

No olvidemos del rol que podrían jugar los lideres de los partidos políticos, los que en muchas oportunidades sus parlamentarios dejan de lado. Es necesario fortalecer la relación de los grupos parlamentarios con sus cuadros dirigenciales y bases partidarias. Los parlamentarios deben saber cumplir su función de representantes del país, pero a la vez deben ser buenos articuladores con sus partidos políticos para consolidar el sistema democrático.

No se trata de ver, en el escenario al cual nos enfrentaremos, sólo la relación Parlamento y Gobierno. De lo que se trata es de involucrar a los actores políticos reales. Los congresistas son o deberían ser el producto de un trabajo articulado entre ellos y sus partidos políticos. Los partidos no solo deben ser “usados” para las elecciones. Los partidos políticos les dan la base programática e ideológica a sus representantes en el Congreso. Sería importante este trabajo articulado para tener un país más gobernable a partir del 28 de julio.

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