Cuidado con el tufo

La gobernabilidad no es sinónimo de un “cheque en blanco” para que un gobierno haga lo que quiera y pretenda que el Parlamento deje de usar sus mecanismos de control político. No debe usarse la palabra gobernabilidad como “biombo”. La gobernabilidad es la capacidad que tiene un gobierno para solucionar las demandas sociales y no caer en el desborde social. Algunos gobiernos dictatoriales usan la fuerza para reprimir las demandas sociales, otros gobiernos, por el contrario, solucionan las demandas sociales dentro de un clima de libertad y dentro del Estado de Derecho.
Un gobierno democrático, permite la libertad de su pueblo para manifestarse, y respeta la separación de poderes políticos y judiciales. Un gobierno dictatorial no; usa la fuerza, visible e invisible, para reprimir todo tipo de libertades y con ello evitar las manifestaciones políticas y sociales.
Hay muchos gobiernos dictatoriales que han llegado al poder por la vía democrática, como el caso de Venezuela. Esperemos que esto no suceda en nuestro país. Sin embargo hay muchos “tufillos” que me preocupan. El señor Bellido, por ejemplo, luego de recibir la confianza parcial del Congreso, está amenazando al Parlamento y ha dicho que hará cuestión de confianza cualquier censura del Congreso contra sus ministros. Por otro lado, pero en el mismo sentido el sábado el presidente Castillo ha “invocado” para que se “garantice la gobernabilidad”… La pregunta es ¿qué significa “garantizar”? ¿Acaso significa que el Congreso no debe controlar al Gobierno? Estos dos mensajes preocupan, ya que al parecer la etapa post-confianza viene acompañada de una estrategia de deslegitimar las acciones de control político que tiene por naturaleza el Parlamento. Por esa razón y para evitar posibles interpretaciones fácticas, es necesario que el Parlamento cuanto antes apruebe la ley de desarrollo constitucional que interprete correcta y claramente qué significa la confianza y la censura. Debe entenderse que ambos mecanismos constituyen los contrapesos de los poderes Ejecutivo y Legislativo.
La gobernabilidad democrática no es bajo ningún punto de vista gobernabilidad dictatorial. Por eso que la política es arte más que ciencia y los asesores del presidente de la República deben explicarle que la gobernabilidad no está en la cancha del Congreso sino en la suya. El discurso de “congreso obstruccionista” le funcionó al señor Vizcarra, pero no creo que le funcione al señor Castillo. La calle para él le es adversa, sino preguntémosles a las amas de casa de todos los sectores sociales.

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