Hay una falta real de partidos y políticos auténticos, y de líderes y dirigentes genuinos. En las derechas políticas y empresariales tienen miedo de mostrarse como tales.
Su trágica muerte, en 1987, a manos de un grupo terrorista, simboliza la resistencia y el compromiso de los jóvenes apristas en una de las épocas más difíciles del país. Hoy, su legado sigue vigente, recordando la importancia de la lucha por la libertad y la justicia.