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La historia del Apra es también la historia del perdón y la reconciliación: aniversario y balance en los 94 años del partido aprista

Excongresista José Luis Delgado señala que la anarquía y la corrupción no podrán devorar las esperanzas de los peruanos.

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La historia del Apra es también la historia del perdón y la reconciliación: aniversario y balance en los 94 años del partido aprista.
Fecha Publicación: 20/09/2024 - 03:34
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Un amigo de este diario nos dijo que él observaba en la ciudadanía una inquietud por el Apra, casi una nostalgia por su retorno a la escena política. Esto porque el partido de Haya de la Torre puede juntar su experiencia de gobierno con la aparición de nuevos cuadros juveniles en este partido que hoy cumple 94 años marcando la agenda política el Perú moderno. Las que siguen son declaraciones de balance que hace uno de sus cuadros, José Luis Delgado, que es necesario leer. 

Un 20 de septiembre de 1930, un día como hoy, hace 94 años se fundó el Partido Aprista Peruano. Sin la pompa de las celebraciones y en un modesto local del jr. Huancavelica, un grupo de ciudadanos se reunieron en forma discreta y redactaron y firmaron el Acta de fundación del Partido Aprista Peruano (PAP).

Haya de la Torre, Manuel Seoane, Carlos Manuel Cox, Luis Heysen, entre otros destacados líderes del aprismo, no estuvieron presentes porque se encontraban desterrados. Haya en Europa y los demás en diversos países de América Latina.

Quién iba a pensar que el partido recién fundado marcó la agenda del siglo XX y  despertó un fervoroso apoyo popular en los peruanos de a pie, obreros, estudiantes, intelectuales, pequeños comerciantes y campesinos, quienes por primera vez se sintieron representados y plasmaron sus aspiraciones en el programa que el aprismo ofrecía a la nación en ese entonces.

Temas como el voto de la mujer, de los analfabetos, los jóvenes a los 18 años, los derechos a la sindicalización, la seguridad social, educación gratuita, reforma agraria, entre otras aspiraciones sociales, fueron parte de los ofrecimientos que el aprismo incorporó en su proyecto político de transformar el Perú, en un país democrático, pero al mismo tiempo, un país de justicia y de oportunidades para todos los peruanos.

Por ofrecer y luchar por estas propuestas, Haya de la Torre y los apristas fueron cruelmente perseguidos desde 1932 hasta 1956.

Haya de la Torre, su fundador, fue vetado e impedido de llegar a la presidencia por los grupos de poder oligárquico que utilizaron a la Fuerza Armada como su instrumento para frenar la materialización de las propuestas y sueños apristas.

En 1978 cuando se le permitió postular al APRA y a su fundador Haya de la Torre, el pueblo peruano lo eligió masivamente con más de un millón de votos preferenciales y en la etapa final de su vida, o de su magisterio, dio una lección ejemplar de comportamiento democrático ante el país.

Eso se ha visto en el debate para el logro de la Constitución de 1979, rubricada en su lecho de muerte, la que es la Constitución programática del Perú republicano.

Consecuente con lo anunciado en su discurso de instalación de dicho Foro, el artículo primero de la Constitución consagra la primacía de la persona humana como fin supremo de la sociedad y el Estado, cambiando con este solo hecho el paradigma autoritario que utilizaban las dictaduras en el cual el Estado estaba por sobre las personas.

Reconciliación nacional

En la Constitución de 1979, que marca el inicio de la República Democrática (lejos de las repúblicas aristocrática y oligárquica), marcó la reconciliación del APRA con las Fuerzas Armadas y con todo el tejido económico, social y político del Perú contemporáneo.

Esta Carta Magna es también importante porque incorporó los principios contenidos en la Declaración Universal de los Derecho Humanos, quedando proscritas la pena de muerte, la tortura, la privación de la nacionalidad y la deportación de los peruanos.

Bajo ese paraguas legal, los dos gobiernos apristas, sobre todo el segundo, son ejemplo claro de la vocación de servicio al pueblo. Fue así a pesar de los momentos difíciles que le tocó vivir al país y la pesada herencia de la deuda externa que dejó la dictadura militar a los gobiernos democráticos y la acción criminal y destructiva del terrorismo.

Más allá de los errores y las críticas, el primer gobierno del presidente Alan García (1985-1990) hizo obras, como Chavimochic, Gallito Ciego, la Central de Carhuaquero, la Electrificación de Villacurí en Ica, inició Río Cachi en Ayacucho, el Hospital de Neoplásicas y el gigantesco Hospital María Auxiliadora, la Central atómica de Huarangal y la primera etapa del Tren Eléctrico.

El pueblo peruano le dio una segunda oportunidad al Partido Aprista para ejercer el gobierno entre 2006 y 2011; las obras más importantes de este período fueron la reducción de la pobreza y la pobreza extrema pobreza del 48 % al 27 %, la reducción de la desnutrición y la anemia infantil, la reducción y casi eliminación del analfabetismo, la electrificación rural llegando hasta el 95 por ciento de los pueblos alejados y pobres del Perú, el gigantesco programa nacional de Agua para Todos y 151,200 obras que mejoraron la vida de los peruanos y crearon oportunidades como nunca se ha visto.

Los retos del futuro

Hoy, a los 94 años de la fundación del partido de Haya, los apristas nos alistamos para cumplir grandes tareas pendientes en la economía, la sociedad y la política.

En lo político construir un clima de Concertación y de Unidad Nacional para fortalecer la democracia y la gobernabilidad del Perú acabando con la CORRUPCIÓN en los niveles nacional, regional y municipal, cáncer que dilapida recursos y enriquece indebidamente a los traficantes de la política.

En lo social cerrar las brechas de la pobreza en salud, educación, vivienda, empleo y seguridad que impiden a los peruanos tener una vida digna.

En lo económico aprovechar las inmensas oportunidades que tiene el país para lograr un crecimiento económico que genere salarios para los peruanos, impuestos para el Estado sin los cuales no es posible eliminar la pobreza que afecta y amenaza a la mayor parte de la población.

Los apristas somos conscientes que en este esfuerzo se necesita la participación de todos los actores políticos, económicos y sociales del país, es hora que los peruanos trabajemos unidos porque, de lo contrario, la anarquía y la corrupción devorarán las esperanzas de los peruanos.

Basta de odios. La historia del APRA es también la historia del perdón y la reconciliación. Son 94 años de lucha por pan para los pobres y por libertad para todos, libertad que es más vigente porque hemos vivido peligros autoritarios de un radicalismo que llegó hasta Palacio de Gobierno y terminó en un golpe de Estado fallido.

Son varias generaciones autoras de los logros del presente, y una nueva generación deberá asumir los retos tecnológicos, de la inteligencia artificial, por ejemplo, y pensar –por qué no– en ser partícipes de la conquista del espacio”.

La presidente gobierna con Cerrón y Acuña

¿Cuál es la posición del partido ante el gobierno de Dina Boluarte? 

Ante el Gobierno inepto e inmoral de Dina, la posición del Partido Aprista es de franca oposición. Realmente no es solo el Gobierno de Boluarte. Es un Gobierno errático, incapaz y corrupto de alianzas espurias de lo peor de la política nacional que está generando inusitada e impredecible inseguridad e incertidumbre. Es una convergencia tácita de los rezagos del comunismo bárbaro, bruto y mediocre de Perú Libre y Pedro Castillo, con los incapaces y corruptos caviares que gobernaron con Toledo, Ollanta, PPK, Vizcarra y Sagasti.

Ellos ocupan ministerios y entidades públicas. Junto con Alianza para el Progreso, Podemos, Acción Popular y varias de las bancadas rojas en que se ha segmentado Perú Libre. La “mamá” Dina gobierna con su mentor y protegido Cerrón y el “papá” Acuña, principalmente, a través del impresentable Congreso.   con el objetivo de mantenerse mutuamente hasta el 2026”, señala Víctor López García.

A recuperar imagen

“Para recuperar imagen, el PAP es indispensable e improrrogable, primero, la convocatoria y realización de un Congreso Aprista que elija a un nuevo Comité Ejecutivo Nacional; o sea la nueva conducción del Partido del Pueblo que tengan la legalidad y la legitimidad que hace falta.

Segundo, reorganizar el partido en todo el país, reafirmar la línea política de izquierda democrática, reformular la propuesta programática y la posición de firme oposición aprista ante el Gobierno y el país y relanzar al Partido como una alternativa integral”, afirma López García.

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