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¿Y si hablase Toledo?

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Fecha Publicación: 23/04/2023 - 23:00
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Ingresó al penal Barbadillo un tercer expresidente, Alejandro Toledo, acusado como sus pares –Alberto Fujimori y Pedro Castillo–de haberle robado decenas millones de dólares a quienes fueran súbditos suyos, a su paso por Palacio de Gobierno. Quedan otros mandatarios por ser recluidos, esperando que así lo decidan un sistema Judicial enrevesado y una fiscalía que, pese al cambio de su máxima representante, su lentitud pareciera seguir resguardando a algunos ex presidentes imputados por similares delitos, contraviniendo la ley y el trato idéntico que deberían recibir para todos los peruanos que han cometido delitos semejantes.

Hablamos de Ollanta Humala (procesado en libertad), Pedro Pablo Kuczynski (con detención domiciliaria) y Martín Vizcarra, cuyo proceso continúa en misterio, sin que la Fiscal de la Nación le explique al país a qué se debe. Inclusive, hablamos de la ex alcaldesa de Lima, Susana Villarán de la Puente, involucrada como los ex mandatarios en la inmunda trama de robo al Estado llamada caso Lava Jato. Repetimos, el país necesita una explicación por parte de la Fiscal de la Nación y el presidente del poder Judicial, del por qué tanta disparidad en el trato a estas autoridades.

Toledo regresa al país afirmando su inocencia de manera implacable. Cierto es que la palabra de este ex presidente ha venido devaluándose sostenidamente. Desde que aparece en la palestra política los años ochenta; después su triunfo electoral; su desempeño como jefe de Estado; y, finalmente, esa desesperada defensa que ejercita sobre su gestión en la presidencia de la República, y la realidad de los hechos que pareciera definir todo lo contrario. Sea como fuere, la verdad es que todo es posible con Toledo.

Empezando porque una persona como él no está dispuesta a morir encarcelada ni detenida domiciliariamente. Toledo está decidido a batallar –con uñas y dientes– para evitarlo. Pero, sobre todo, su defensa cuenta con un arma poderosísima. Como esa lengua viperina que usa profesionalmente para engañar, decir medias verdades, crear historias y, muy sutilmente, responsabilizar a terceros de sus trapacerías. Pero de lo que no existe duda es de que sólo Toledo no pudo orquestar el maremágnum de robos por los que está imputado por la Fiscalía.

Muchos otrora amigotes suyos han sido sin duda beneficiarios de sus excesos y trapacerías. Aparte de delitos comprobados que acompañan su trayectoria presidencial, particularmente en lo relacionado a la participación de Odebrecht en el Perú durante su mandato. Sin embargo, un hecho innegable es que la mente y el verbo de Toledo están listos para acusar a quien fuere, con tal de él liberarse de alguna condena superior a veinte años, como la que les esperaría.

Por ejemplo, será imposible que Toledo justifique el traspaso de canal 4 a El Comercio y La República, sin imputar a ambos medios. Está comprobado que tras este "arreglo", acabaron las feroces campañas contra suya desatadas por ambos medios, llevándolo al borde de la vacancia. Hasta que, producida la entrega de América TV (año 2003), Toledo concluyó su mandato en 2005 indignamente aplaudido por ambos medios.

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