Violencia engendra violencia
El cumplimiento de las normas en defensa de los derechos de los animales es una acción que siempre va tener pasión por el objetivo de salvaguardar a un animal que se encuentra en riesgo de muerte o cuando el humano le ocasiona un sufrimiento innecesario, es entendible que veamos mucha adrenalina al momento de accionar frente a un rescate animal, sin embargo muchas veces se cometen actos que son inadmisibles para la sociedad y el mundo animal.
Primero debemos tener claro que ante un rescate animal como por ejemplo un animal que está 24 por 7 atado del cuello y con una cuerda que no llega ni al metro para que pueda moverse, bajo el sol y lluvia, con escaso alimento y agua, más aún cuando es época de verano y el sol puede provocar un golpe de calor; sin embargo, existen fases que se deben cumplir:
Verificar si realmente el animal está las 24 horas atado, tomar fotos o hacer videos que demuestren el posible delito contra el bienestar animal. Si ya hemos verificado lo mencionado entonces se procede a dialogar con el propietario del animal, en muchos casos el propietario puede ser una persona poco conciliatoria o agresiva, es por ello que si hemos agotado el diálogo se debe convocar a realizar una cooperación integral de acuerdo a la ley N° 30407; la unión de la PNP, Municipalidad de la jurisdicción donde se encuentra el animal afectado, un abogado experto en Derecho Animal, rescatistas y de ser necesario un fiscal de turno. Si no tuviéramos la colaboración de la PNP se puede actuar con los demás mencionados y siempre con el indicador de DIALOGAR Y CONCILIAR con el propietario para que pueda aceptar que ya no puede ser tenedor de esa mascota ya que ha incumplido con la tenencia responsable y ha sometido a dolor a la mascota materia de la causa y/ o rescate. Pues bien, para estas acciones jamás el rescatista puede tener un comportamiento violento, hacer uso de palabras soeces o responder con la misma violencia con la que habla el propietario, asimismo el rescatista no puede llegar al grado de amenazar al propietario si es que este no otorga al animal; todo lo contrario, es menester siempre tener calma, acción conciliatoria, elocuencia, proporcionar esa tranquilidad que no vemos en un propietario irresponsable y explicarle que lo mejor es que entregue al animal para no entrar en una denuncia. Nos encontramos en una etapa de vida donde el 90% de la población se encuentra con irritabilidad puesto que venimos de una pandemia, la cual nos generó pérdidas humanas, económicas, y que nada es una excusa absolutoria para dañar a un animal o persona, pero que sí es un dato principal para transmitir calma a pesar de que sabemos que están dañando a un animal, ya que nuestro único objetivo es rescatar y poner a buen recaudo el bienestar animal. Si en estos rescates se encuentra convocada la prensa (tv) se tiene una responsabilidad más grande aún, ya que un medio de prensa no debe gestionar imágenes donde impere la violencia, ya que podría verse negativamente ejemplificadas otras causas de rescate futuras con la insignia de violencia.
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