Vigencia de Alonso Cueto Caballero
Traducido a más de quince idiomas, en las últimas décadas Alonso Cueto viene acostumbrando a sus lectores a una producción ininterrumpida de novelas, ensayos y artículos, que son evidencia de su amor por la literatura y de una capacidad de trabajo asombrosa que tiene como materia la variedad de espacios, grupos sociales, personas, conflictos, historias, dolores y alegrías de este territorio amado que llamamos Perú. Recientemente una película testimonial, filmada por Mario Pozzi-Escot, y un libro suyo sobre Mario Vargas Llosa, traen su nombre a la atención del público y, naturalmente, proyectan luces sobre el conjunto de su magnífica obra.
Desde sus primeros escritos, Cueto mostró un interés por la técnica literaria y los críticos han señalado una relación con la escritura de Henry James, el prodigioso escritor norteamericano que conserva fresca su literatura, incluso en esta época vertiginosa. Una de las vertientes de interés para nuestro autor, ha sido la novela policial, o la tensión de los relatos policiales que aparece incluso en sus novelas políticas como La hora azul o Grandes miradas, dos ficciones que le han ganado miles y miles de lectores en español y otras lenguas. En Grandes miradas (2003) se cuentan las peripecias de Guido Pasos, un juez insobornable a las tentaciones monetarias que le ofrece Vladimiro Montesinos, y se enaltece la figura de Gabriela, una profesora de colegio que va transformando su inocencia primera en una mujer fría y vengadora. La hora azul (2004) es una novela que se atreve con un tema que entonces parecía tabú, las acciones terribles de Sendero Luminoso que repercuten sobre toda la sociedad peruana.
A lo largo de su producción, Cueto ha mostrado fidelidad al concepto de que la novela, si todavía se puede hablar de géneros, es la modalidad literaria que mejor puede expresar la extraña belleza de los conflictos humanos, desde los sucesos íntimos, hasta los grandes cataclismos sociales. Hay veces en que las acciones transcurren alrededor de figuras femeninas que de alguna manera son conocidas en la historia del Perú como es el caso de la Perricholi, la célebre amada del virrey Amat, una de sus novelas más demandadas por el público lector. A través de ella, los lectores se van enterando del funcionamiento de la sociedad virreinal, las fidelidades y las traiciones y la grandeza de algunos personajes. No es que Cueto haga historia, la siente poética, narra grandes y pequeños sucesos, nos ofrece la intrahistoria, los sucesos diarios de personajes que con la magia de lectura, nos parecen muchas veces más vivos que aquellos que conocemos.
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