Verdad e información
La verdad es lo que realmente es. La posverdad es la mentira creíble por arte de la falacia. En la vida social y política la verdad es manipulable o enturbia el juicio. Leía a una persona de medios esbozar un mal concepto de Vargas Llosa ahora que la posición del escritor difiere de la de hace unos meses. “El otrora ‘bueno’ era tal porque pensaba como yo”. Es decir, la bondad o maldad de las personas se mide en función de mis ideas. Aquí una posverdad sobre personajes, que en otros alcances lleva a algunos a juzgar la obra artística. Un periodista que cae en ese juego es menos periodista.
¿Un periodista no puede tomar posición entonces? Todos tomamos posición sobre todos los asuntos divinos y terrenos, aunque no la convirtamos en palabras o parezca una intuición, miente quien crea que ser periodista es ser un robot o un eco de la noticia bajo la máscara de la objetividad. ¿Existe un periodista sin posibilidad de criterio? Quizás alguno con dificultades intelectuales para discernir. De allí surge una posverdad que se asolapa con una variable moral: “Yo no tomo posición porque soy objetivo”. Quizás la reserva de algunos sea poner su genuina posición en evidencia, porque la objetividad solo sirve para observar y describir un hecho, nunca para opinar, menos para juzgar.
La verdad es el campo de controversia donde mejor se la juegan los fariseos. “La verdad debe ser probada sino no es verdad”, dicen. No es así, la verdad existe en el periodismo al margen de la prueba y en el Derecho la suma de indicios genera un patrón que obliga a investigar y para investigar se llama a facilitar la comprobación de lo que alguien afirma. Puedo tener la carga de la prueba, pero ¿de qué me sirve si no me abren las puertas de la constatación en manos de la burocracia? La verdad existe, pero necesita de la transparencia. No es quien debe probar su afirmación el obligado a ser transparente sino aquel que tiene la información. El periodista es el primer invitado a apoyar que la verdad se revele a través de los datos, pero…los periodistas también mienten deliberada o inconscientemente o dejan pasar; lo hacen por interés, cercanía al poder, oposición, odio, error, negligencia.
No hay verdad informada sin libertad, ¿es coherente apostar por lo que restringe o niegue a aquella? Es el periodismo de la autodestrucción.
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