¡Vacancia ya! Cada minuto cuenta
Una vez que un comunista ocupa el poder, jamás lo abandona voluntariamente. Cerrón y sus corifeos lo han dicho fuerte y claro. La vacancia tiene que ser inmediata, es imperativo salvar al Perú de un daño irreparable. La presidenta del Congreso tiene que asumir un liderazgo visible, sin demora y conseguir los 87 votos necesarios para lograrlo. Que no se disperse ni utilice lenguaje conciliador, con los comunistas ni se dialoga ni se pacta, son los reyes de la traición. La única alternativa es cortar el problema de raíz. Las causales para la vacancia están clarísimas y no podemos olvidar que se trata de un juicio político. Si no tiene la capacidad para hacerlo, que pida ayuda a gente con experiencia, pero no hay excusas, nos estamos jugando el futuro del país. El momento de actuar es ahora, el tiempo corre en nuestra contra.
Si se cumpliera la amenaza de Bermejo y disolvieran el Congreso, cualquier nuevo parlamento estaría al servicio de la dictadura. La vacancia presidencial por incapacidad moral permanente es un arma democrática que podría tener vida corta, hay que utilizarla mientras exista y se pueda. Es el camino más valiente y el único.
El discurso de Pedro Francke está absolutamente divorciado del ideario de PL. La permanencia de Velarde y Heysen nos dan una falsa percepción de estabilidad y seguridad para la inversión. Son elementos de distracción para hacernos bajar la guardia mientras los comunistas continúan apoderándose de todas las instituciones del Estado, debilitando a la Policía Nacional, entregando información de inteligencia al enemigo, descabezando organizaciones para dejar inconclusas investigaciones por narcotráfico o terrorismo o jurando a Ronderos, expresión emblemática del totalitarismo, que serán los ojos y oídos que vigilen al ciudadano. La descomposición es exponencial por lo que la vacancia tiene que lograrse ya, antes de la presentación del gabinete ante el Congreso.
Hoy todavía podemos salir a marchar y expresarnos con relativa libertad, pero no demos nada por sentado, no tendremos la calle para siempre ni medios que le den cobertura. Miles de cubanos salieron a protestar el pasado 11 de julio y las consecuencias fueron nefastas; cerca de 8,000 arrestos incluidos periodistas de la prensa extranjera, a los que les están haciendo juicios sumarísimos sin abogado y sin ningún respeto por los derechos humanos, a pesar que la prensa oficialista (Granma) sostiene que se hacen con apego a al debido proceso. Los Estados totalitarios acuden a la ley para lograr sus objetivos de supresión progresiva de la libertad hasta que tienen un absoluto control de la vida de los ciudadanos y es bajo esa falsa apariencia de legalidad que los cubanos están en total estado de indefensión. La gran ironía es que, por cuarta vez, se le permitió a Cuba ser miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU con el voto de 170 naciones. Así de hipócritas pueden ser los organismos internacionales de primer nivel.
En el último siglo de historia de la humanidad no ha existido ideología más tiránica y manchada de sangre que el Comunismo. Sociedades miserables, con salarios mínimos humillantes y condenadas a sobrevivir. No lo podemos permitir. Como bien decía el político inglés Edmund Burke: “Para que el mal triunfe, solo se necesita que los hombres buenos no hagan nada”.
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