Un grande se despide
Esta vez no será el presidente Castillo y su entorno familiar, ni la corrupción de la que se le investiga, ni sus ministros de Estado o los miembros del Congreso de la República quienes ocupen mi habitual interés. Me tomaré la licencia de hablar de un deporte que, para nosotros no es masivo, sino escondida pasión de un grande del tenis mundial, que ayer se despidió del circuito profesional, tras casi 26 años de exitosa carrera. Me refiero al suizo, Roger Federer, considerado como el mejor tenista de toda la historia. Un fuera de serie, en realidad. Lo hizo acompañado de Rafael Nadal, el mayor rival en su carrera, y uno de sus mejores amigos, a quien eligió para el momento glorioso de su despedida.
El alejamiento ha dejando a sus seguidores con la tristeza de perder a un deportista excepcional, a quien ya no lo veremos vestir de corto y moverse con un estilo propio en las distintas canchas en las que se practica este arte de jugar con la pelota, como lo denominó su inventor, el mayor Walter Clopton, a mediados del s. XIX en Inglaterra.
El retiro de Federer se veía venir desde su participación en el Campeonato de Wimbledon 2021, cuando recayó, fuertemente, de su lesión a la rodilla, obligándolo a operarse en agosto del año pasado, hasta que el 15 de septiembre último, a través de su cuenta de Twitter, él mismo anunció que se retiraría del circuito ATP después de participar en el turno de dobles de la Laver Cup. Se enfrentaría, en compañía de Nadal, a Jack Sock y Frances Tiafoe. Y así lo hizo. Le fue difícil superar sus constantes lesiones en su pierna izquierda. Hasta que la determinación tomada se hizo realidad, precisamente, ayer, ante miles, y quizás millones, de miradas en el mundo.
¿Qué sintió Nadal cuando se enteró de que Federer se marcha?, se preguntó la prensa. “No necesito escuchar las noticias para saber que el final está más cerca”, expuso; “Es el ciclo natural de la vida, ¿no? Unos van y otros vienen. No es nada nuevo, la historia se repite. Lo que ocurre es que, en este caso particular, se va uno de los jugadores más importantes de la historia, si no el más importante, tras una carrera superlarga. Y, claro, cuando se va él primero como que echas de menos algo. En lo personal, fue una noticia, muy, muy, muy triste, y un día duro”, expresó quien lo habría de acompañar en su juego final de despedida.
Federer debutó en la Copa Davis de Suiza en 1999, apenas tenía 17 años. En su primer partido derrotó a Davide Sanguinetti en cuatro sets y registró una segunda victoria individual en un partido de desempate dos días después, cuando Suiza avanzó a los cuartos de final del Grupo Mundial. Gran inicio, lo que sería después, en su vida, un rosario de triunfos, aunque no faltaron también derrotas que, incluso, le costaron las lágrimas, como a todo buen deportista que tiene amor propio. “Ha sido ganador de 20 torneos de Grand Slam. Consiguió ganar el Abierto de Australia en seis ocasiones, el Torneo de Roland Garros en una ocasión, el Campeonato de Wimbledon en ocho ocasiones (siendo el tenista que más veces lo ha conseguido en toda la historia) y el Abierto de Estados Unidos en cinco ocasiones. Fue número uno del mundo durante 310 semanas en total, se lee en su biografía.
Nació el 08 de agosto de 1981 en Binningen, Suiza. Habla el dialecto alemán suizo, pero además domina el alemán, francés e inglés con fluidez, aunque considera al alemán como su idioma nativo. Cuentan sus biógrafos que de niño practicaba una amplia gama de deportes, jugaba al baloncesto, bádminton, tenis de mesa. También jugaba al futbol, en las categorías menores del FC Basel, finalmente optó por el tenis. Este es, a grosso modo, el perfil de Roger, referente obligado de las generaciones futuras.
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