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Trenes jalan coches

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Fecha Publicación: 16/09/2025 - 22:40
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Uno de los principales problemas de Lima es el deficiente e informal transporte público. Millones de limeños perdemos en promedio cerca de ochocientas horas al año para ir a trabajar o estudiar. El caos se agudiza por el mal estado de nuestras pistas, que no se han adecuado al desmedido crecimiento del parque automotor.
Recientemente, el alcalde de Lima gestionó y trajo de los Estados Unidos una donación de locomotoras y vagones, en su mayoría operativos, proponiendo utilizar las mismas vías del tren de carga para cubrir la ruta de Lima a Chosica y ponerlos en marcha en pocos meses.
No soy simpatizante del alcalde, no me gustan sus formas, ni su actitud de permanente confrontación y su desorientación para no diferenciar entre aliados y adversarios políticos. Pero, en este caso, deberíamos apoyar su buena iniciativa ante la mezquina oposición de un gobierno que, teniendo la responsabilidad de darle solución al problema, ha optado por ponerle trabas al proyecto, criticándolo con argumentos endebles y montando con medias verdades un vergonzoso show mediático. Pareciera que el gobierno y sus aliados buscaran la sinrazón para que los trenes nunca funcionen.
Ante la necesidad de mejorar el transporte público en Lima, no pudieron haber escogido un peor ministro para el sector, quien parece no entender que lo perfecto es enemigo de lo bueno y que desaprovechar esta oportunidad, por un sesgo político, no es coherente con los mismos números con los que sustenta su oposición. Si están operativos la mayoría de las 20 locomotoras y los 93 vagones donados y se puede utilizar la infraestructura existente con la que operan los trenes de carga, ¿por qué no ponerlo en marcha?
Quizá se podría iniciar con una marcha blanca gratuita, con un servicio directo, sin escalas, de Lima a Chosica, y con los trenes funcionando se corregirían defectos e implementarían las mejoras necesarias.
El alcalde, haciendo uso del sentido común, ha propuesto una necesaria solución al transporte en la zona este de Lima. Es evidente que la torpe oposición del gobierno beneficia a Rafael López Aliaga, quien ya se proyecta como candidato a la presidencia de la República y, a pesar de haberlo negado tres veces como el apóstol Pedro, se ha subido al tren con el que quiere llegar a Palacio de Gobierno.
Si la presidente Boluarte, en vez de criticar a sus adversarios y proteger a sus allegados, tuviera el gesto político de cambiar al ministro de Transportes y convocara a Rafael López Aliaga, ofreciéndole todo su apoyo para poner en marcha los trenes, podría ganar algunos réditos en su alicaída gestión. Eso sí, debería tener siempre presente que, por su inacción, “camarón que se duerme… amanece en el chifa”.

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