Tondos de vida
Quién sabe por qué estos días de primavera se arropan con las más crudas sensaciones propias de días de invierno; quién sabe por qué motivos las flores se atrincheran en solitarios jardines; quién sabe por qué en estos días el sol se resiste a brillar. Mientras tanto, en ese escenario atípico un grupo de artistas busca trastocar los colores para que distintos momentos de vida sean captados y mostrados en una dimensión especial y bellamente espacial que solo la sensibilidad del artista logra registrar.
Haydeé Hidalgo, Claudia Medina, Carmen Cendra, Silvia Cánepa, Geovanna Llerena, Pollyanna Olcese, Renné Ferrer, María Lucila Yábar, Flor Chaparro, Tutti Hoyle, Gabriela Barros, Mayu Adrianzén, Dharma Rivera, Patty Benavides, Victoria Pedraza y Katia Landauro son quienes tuvieron la feliz idea de agruparse en un colectivo femenino para ofrecernos una exposición colectiva cuyo hilo común es la forma de sus obras, circular o magníficamente redonda como la han denominado. Ellas han vencido la comodidad de unir dos puntos para trascender y formar incómodos pero necesarios círculos que al fin y al cabo son formas de entender la vida. Por eso eligieron plasmar su obra en tondos como quien registra cada momento para hacerla infinita, es que cada punto es el fin e inicio del siguiente, tal y cual es la vida, donde cada experiencia es el final e inicio de la propia vida. Albert Einstein fue excepcional en su apreciación de uno de los puntos de un círculo “Nuestra tarea debe ser liberarnos ampliando nuestro círculo de compasión para abarcar a todas las criaturas vivientes y a toda la naturaleza y su belleza” y pareciera que ellas lo asumieron como mandato y así lo hicieron. Apreciar cada una de las obras es un deleite para el espíritu, con su propio ritmo, su propio color y también sus propios límites de imaginación. Al final es la confirmación de que cada quien encuentra su propia historia, real o imaginaria, en uno de los tondos.
En buena hora que se hayan reunido y hayan formado un bello ramillete de cuya obra seguiremos disfrutando. Ellas tienen que estar satisfechas porque han logrado poner en el centro de atención la belleza de la vida, y seguramente que para ellas y nosotros la vida jamás será un círculo vicioso. Somos aves de paso por esta dimensión, pero dejamos constancia de haber transitado rutas inimaginables para que cada instante, por efímero que sea, quede registrado como señal de victoria sobre la muerte.
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