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Fecha Publicación: 31/05/2021 - 21:10
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Antonio Gramsci sabía que la revolución socialista no podía ser violenta, tenía que ser la conquista de una hegemonía ideológica. Antaño la revolución era por el fúsil, así fue en Rusia, así fue en Cuba. Se volvió a Gramsci y se dejó a Marx detrás cuando los sujetos políticos de la sociedad ya no eran los capitalistas y los obreros descontentos. Con el desarrollo que trajo el mercado libre, los que antes eran pobres pasaron a mejorar su calidad de vida y a asimilarse a una clase media que sumó emprendedores, cuyos intereses no incluían proyectos ideológicos opuestos a sus sistemas de vida.
Sin embargo, las ideas socialistas se insertaban en la universidad, el magisterio, la religión, la cultura…No fueron los líderes sino los mecanismos sutiles de inserción los que hicieron el trabajo en una sociedad en la que crear una hegemonía pasaba por poner en duda todo. Para que el plan de conquista socialista de Fidel Castro en el Foro de Sao Paulo fuera viable, había que dejar atrás la vía armada y llegar al poder mediante las urnas. Hugo Chávez, en Venezuela, fue el primero ¿Cómo es posible que las democracias les den armas a sus destructores?
El argentino Ernesto Laclau, autor de Hegemonía y estrategia socialista, hacia una radicalización de la democracia, nos da una clave. “La izquierda debe radicalizar la democracia”, aumentar su conflictividad social y crear demandas que colisionen con el sistema. Esta vez son múltiples actores contrapuestos mientras la avanzada cultural hace su trabajo. El feminismo, la agenda LGTB y demás, son solo útiles a la izquierda para atraer votos, porque esos votos fluyen de las contradicciones. La segunda herramienta de la izquierda es el populismo. La tercera es el “enemigo necesario”, uno al cual odiar y que reúna a todos los sectores similares. Se crea la idea de buenos y malos, mientras se infiltra todo y se facilita la llegada al poder por las urnas.
Las democracias sólidas son más reacias, el swarming sirve para prender la chispa, es solo psicología de masas. Un incidente produce manifestaciones planeadas y por efecto de seguimiento espontáneo a la masa, se unen miles de incautos. Se fabrica el caos y una falsa sensación de ilegitimidad del gobierno, se agudiza la contradicción y los gobiernos sin sistema de inteligencia al tanto de los procesos y agendas, ceden. Se cambia de régimen, nueva Constitución y fin de la historia.

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