Tía María
De vuelta después de unos días, por lo menos hay que rescatar la renovación parcial del Gabinete que, a pesar de la permanencia del desgastado Premier, anunciaría la aparente voluntad del mediocre Régimen de turno por reencaminar la política y gestión públicas en el Sector Minero-Energético fundamental para la reactivación de la alicaída Economía Nacional. De equivocarnos, será más de lo mismo en la marcha de este Gobierno que cual malagua aspira a sobrevivir en el mejor de los casos hasta el 2026.
El cambio efectuado en el MEF estaba cantado debido al desacierto del rollizo antecesor quien negó tozudamente el proceso recesivo en que se había caído y pretendió encontrar la salida inflando el gasto público hasta aumentar peligrosamente el déficit fiscal y sin que se creen las condiciones mínimas de confianza y seguridad para la reactivación de la inversión privada, el principal motor para un crecimiento económico sostenible. Su sucesor , con conocida experiencia presupuestaria y tributaria tendrá la difícil tarea de equilibrar las cuentas y tratar de revertir la coyuntura.
Sin embargo, en términos de mensaje, creemos que el reemplazo ministerial más importante es el producido en la Cartera de Energía y Minas. Salió de éste un adicto del Estado empresario y de la defensa a ultranza de PETROPERÚ a costa del erario y del bolsillo de los peruanos y ha entrado Rómulo Mucho Mamani, un profesional minero con probada experiencia en el sector público y privado.
Lo conocimos a la distancia durante su breve gestión parlamentaria en los años 2000-2001 y luego en su condición de Viceministro de Minas en el período presidencial Toledista que compartimos. Entonces y ahora su visión y apuesta es que el Perú es un país minero y agrario por excelencia y que ambas actividades esenciales para el desarrollo de la sufrida República pueden convivir con reglas y gobernanzas claras que permitan atraer inversiones, generar empleo y dinamizar la economía. Apenas juramentado, ha rayado la cancha con estas declaraciones y compromisos: “Existe la necesidad de destrabar los grandes proyectos mineros (…) Tía María es parte de un desarrollo integral (que) implica desarrollar el Valle del Tambo, hacerlo agroexportador (…) Si sale Tía María, salen otros proyectos”. En cuanto al culebrón PETROPERÚ, reconoce su insolvencia pero no cae en la demagogia y afirma que hay que hallar salidas sin malbaratar la Empresa y agujerear más el Tesoro Público.
Las críticas que nunca faltan –más en el clima de polarización y crispación que se sufre– buscan tacharlo por su exitosa trayectoria empresarial en la prestación de servicios a varias de las más importantes concesionarias mineras del país. Conflicto de intereses le dicen. Empero, acorde a la Constitución, Rómulo Mucho antes de jurar el cargo debe y tiene que haberse desligado de toda actividad privada, así que será su actuación ministerial la que determine si cumplió o no con los servicios a la Nación que ofreció. De partida, le damos el beneficio de la duda y si por aquí se habla delirantemente de una “Mamá de todos los peruanos” acompañada de un “Papá de La Libertad” –pobre sus hijos e hijastros el tiempo que duren– mucho más importante es hablar, destrabar y hacer realidad a la Tía María y los demás proyectos de inversión para beneficio de todos los peruanos. Roguemos al Señor. ¡AMÉN!
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