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TC bajo acecho

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Fecha Publicación: 08/09/2020 - 20:30
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No es novedad que un Tribunal Constitucional (TC) incomode a los poderes políticos, sea el Legislativo o el Ejecutivo. Pasa en todo el mundo democrático ya que en las dictaduras o autocracias no existen o son meras comparsas o entidades mediatizadas como ocurrió con el TC defenestrado en tiempos del fujimontesinismo. Hoy, resulta que el Congreso de breve turno –desde su Presidente pasando por muchos parlamentarios- considera que el  TC se le ha “prendido”; que se atreve a enmendarle la plana cuando es el “Primer Poder del Estado”; que decide de espalda a los intereses del pueblo; que está politizado y otras lindezas. El clímax se ha dado con motivo de la sentencia que declara la inconstitucionalidad de la malhadada ley que suspendía los peajes y, por supuesto, se pondrá peor cuando el TC más adelante fulmine del mismo modo la norma legal que autoriza el nombramiento y ascenso automático del personal estatal de salud y de EsSalud y cualquier otra por el estilo. Para el Parlamento esto es invadir sus fueros mientras que para el TC, que es el órgano supremo de control de la Constitución, no es más que garantizar la primacía de la Carta Magna y la seguridad jurídica en el país.

El TC existe en todo Estado Democrático y Social para hacer prevalecer la Constitución sobre los desaguisados legislativos y para ser el máximo garante de los derechos fundamentales de las personas. Por ello incomoda al poder político y así tiene que ser. Si antes regía el principio de que una ley se deroga por otra ley, pues hoy también se deroga por una sentencia del TC.

El problema que atravesamos ahora es que este cuestionable y refractario Congreso se apresta a elegir a los seis magistrados del TC que tienen mandato vencido. Es lo que ordena la ley y no hay tutía por más reserva y desconfianza que se tenga al respecto. Al menos se ha aprobado un procedimiento de selección de candidatos más transparente, aunque tocará a la opinión pública asegurar que no se produzcan las infames repartijas y se cuelen los postulantes menos idóneos. A estar alertas. ¡AMEN!