Sobre el gobierno y el poder
A diferencia de muchos de los actuales congresistas, tanto los reclutados para la actividad política por sus convicciones como aquellos que llegaron por simple avaricia, Vladimir Cerrón sabía que alcanzar el gobierno a través de elecciones presidenciales no significaba obtener el poder político necesario para obligar a la sociedad a cambiar de sistema político; los años de estudio en Cuba le permitieron alcanzar una formación ideológica superior a la de sus actuales adversarios. Su mayor debilidad es que defiende ideas ampliamente superadas por las evidencias históricas, en todos los países donde fueron aplicadas. No obstante, la ideología marxista conserva su encanto, basado en su capacidad para provocar emociones.
Una camarilla comunista que asume el gobierno por vía electoral debe mantener y acrecentar la rivalidad entre los grupos sociales, pues el odio y la envidia son los motores del cambio que aspira realizar. La democracia representativa separa, a propósito, los órganos estatales y los somete a una constitución que los limita, constriñéndolos a realizar sus atribuciones sin permitirle a ninguno lograr un claro predominio sobre los demás. El poder está repartido entre diversos grupos políticos y sociales, pues en los procesos de decisión participan no solo varios órganos estatales sino también gremios, partidos, sindicatos y asociaciones, en función a sus intereses y tendencias. Si la democracia consiste en la solución de las contradicciones a través de la política, el gobierno comunista debe alentar la confrontación, a fin de debilitar y degradar las instituciones del Estado, al tiempo que atemoriza e infiltra a los grupos organizados de la sociedad. Para acumular poder hay que provocar miedo y parálisis, al tiempo que se suprime progresivamente los espacios donde se hace política, imponiendo luego modelos exclusivos de conducta y de pensamiento.
Una asamblea representativa como nuestro Congreso es un escenario donde se reconoce las ideas opuestas, se debate y se negocia, para finalmente acordar medidas legislativas. Eso es hacer política y por tanto debe ser envilecido desalentando la participación de profesionales serios, destruyendo los partidos y grupos parlamentarios. Para comenzar a avanzar hacia la obtención del poder, un gobierno comunista debe reemplazar al Parlamento por una asamblea constituyente digitada donde la ideología totalitaria predomine, para recién iniciar el proceso de reconvertir al Estado democrático en uno autoritario, de partido único y modelo económico estatista. Donde Allende fracasó, Chávez supo triunfar. Se requiere de una acción política astuta, paciente, y demagógica; de políticos y empresarios pasivos, de periodistas y jueces influenciables, de ciudadanos distraídos en el escándalo del día.
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