Sin paz a la vista
El 22 de junio de 2025, Estados Unidos lanzó un ataque aéreo masivo contra tres instalaciones nucleares clave en Irán: Fordow, Natanz e Isfahán. La operación, llamada “Midnight Hammer”, fue autorizada por el presidente Donald Trump y ejecutada mediante bombarderos B-2 y misiles Tomahawk lanzados desde submarinos en el golfo Pérsico (se corrige “Golfo Pérsico” -> golfo Pérsico, ya que en este contexto “golfo” no lleva mayúscula). Este ataque marcó una escalada directa en el conflicto entre Irán e Israel, que se había intensificado desde inicios de junio, cuando Irán atacó con misiles el sur de Israel.
Estados Unidos decidió intervenir militarmente tras considerar que la amenaza nuclear iraní ponía en peligro la estabilidad regional y la seguridad de sus aliados. El objetivo principal de la operación fue degradar significativamente la capacidad de Irán para enriquecer uranio y construir un arma nuclear.
Según informes del Organismo Internacional de Energía Atómica, las instalaciones atacadas sufrieron daños serios, sobre todo en Fordow, donde las centrifugadoras quedaron fuera de servicio. Sin embargo, expertos del Atlantic Council y otros centros de análisis señalaron que el daño, aunque grave, solo retrasaría el programa nuclear iraní por largo tiempo (mejor: durante largo tiempo, pero no es un error ortográfico).
Desde la perspectiva estadounidense, los beneficios de esta acción fueron varios. Primero, enviar un mensaje contundente a Teherán y al resto del mundo sobre su disposición a actuar unilateralmente si la diplomacia falla. Segundo, apoyar a Israel, su aliado estratégico, y evitar que Irán adquiera armamento nuclear que alteraría el equilibrio de poder en Medio Oriente. Tercero, buscar una posición negociadora más favorable para imponer condiciones más estrictas en un futuro acuerdo nuclear, incluyendo límites a misiles balísticos y mayor supervisión internacional.
No obstante, el ataque también conllevó riesgos. Irán respondió lanzando misiles contra la base militar estadounidense de Al-Udeid en Catar (se corrige “Qatar” -> Catar, según la grafía recomendada en español por la RAE), aunque fueron interceptados. Además, aumentó la amenaza de que Teherán cierre el estrecho de Ormuz, lo que afectaría los precios globales del petróleo.
En Estados Unidos, el ataque provocó un debate sobre su legalidad, ya que el Senado rechazó una propuesta para restringir la capacidad del presidente de ordenar acciones militares sin aprobación del Congreso.
En resumen, aunque la operación de Estados Unidos cumplió con el objetivo de mostrar poderío y contener momentáneamente el avance nuclear iraní, no resolvió el problema de fondo. Irán continúa resistiendo las presiones internacionales y reconstruyendo sus instalaciones nucleares, mientras la región se mantiene en incertidumbre ante una posible escalada mayor. El ataque fue, más que un golpe decisivo, una jugada táctica con consecuencias aún por definirse.
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