Sé empresario

A cierto evento postescolar de orientación vocacional llegaron un abogado, un médico, un ingeniero y un empresario. Todos, preparados para convencerme sobre lo que debía elegir. Aunque seguí el camino del abogado, memorable fue la charla del empresario. “¿Y dónde estudio para ser empresario?”, pregunté. Había algunas facultades de administración y una institución tan interesante como reflexiva, que es IPAE. ¿Y por qué no hay una universidad de empresarios y vendedores? La trampa de nuevo, la obsesión por el cartón universitario en el Perú es como el título nobiliario en la Edad Media, tan así que el presidente Castillo quiere abrir las universidades para todos porque la universidad es todo. ¿Y por qué no promueve y prestigia las carreras técnicas?

Si no tienes título no alcanzas y peor un magíster o un doctorado, que es la manera como nos repartimos el poder a la usanza de condes, duques y marqueses. “La universidad lo es todo”, decían nuestros padres, “sin ella no serás nada”. Curiosamente algunos padres, como la época misma, nos prometían el falso oro del futuro sin que ellos mismos hubieran transitado por la universidad y ya teniéndolo todo (casa, empleo, seguro, pensión homologada…)… así sin trote ni papel.

Entendimos luego que la competitividad era un concepto clave, pasar por la universidad marcaba el éxito o el fracaso. De tal embuste se entiende que la nuestra sea una cultura educativa en la que la formación no concluye en una escuela técnica o en la experiencia de invertir o trabajar, sino en una universidad. Como los enredos se transmiten por generaciones, asumimos que nuestros hijos con IQ y potencialidades serían un desperdicio fuera de ese camino ya trazado por nosotros: la universidad y punto.

No sé si al grupo Río lo abuchearon los estudiantes de la PUCP por cantarles: “la universidad es una cosa de locos/estar en la universidad es una fiesta de monos”; bueno, eso dicen. “¡Y venir a decírnoslo en nuestras caras!”, pero ya qué importa. Las memorables palabras del empresario que trataba de convencerme para estudiar en IPAE o las que yo les repetía al oído a tantos amigos que creían que sin universidad se les acababa el mundo, reverberan todavía.

Si tienes hijos y asumes que en la universidad se la juegan todo; Bill Gates, Steve Jobs, Mark Zuckerberg y Michael Dell, abandonaron la universidad para hacerse ricos. Sí, claro, pero el Perú no es Silicon Valley.

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