Respaldo al periodista César Rojas
El pasado 2 de septiembre se fijó como fecha para la audiencia de presentación de cargos contra el destacado periodista César Arturo Rojas Vidarte, a partir de una denuncia interpuesta por el gobierno del presidente Martín Vizcarra, instrumentalizando para ello al Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
De otro lado, la Fiscalía pidió archivar el cargo de acoso sexual respecto de un hecho público harto curioso, aunque ahora salga dicha instancia con el prurito de un supuesto acoso por redes sociales hacia la congresista Marisa Glave; pero todo ello en medio de una carga política e ideológica insoslayable, pues no puede descartarse las posiciones diametralmente opuestas ejercitadas por cada uno de los dos personajes públicos directamente involucrados.
En esa línea, la administración de justicia no debería taparse los ojos sobre la enorme cantidad de troles que atacan al periodista César Rojas, y son troles de la izquierda variopinta, pro ideología de género, caviares y lobistas de las ONG que reciben millonarias donaciones del exterior y protagonistas de prebendas con el Estado peruano, disfrazadas de consultorías, y donde las argollas de la zurda criolla se mueven como pez en el agua. Lo sustantivo es que César Rojas resulta incómodo para esa fauna ideológica tan activa en la política criolla.
Ahora bien, sin necesidad de ingresar a más detalles jurídicos y a las consabidas aristas legalistas, nadie debería ignorar ese contexto en el cual muy a su estilo el colega Rojas Vidarte ejerce el periodismo fiscalizador sobre el poder político y sus voceros de izquierda, sean estos hombres o mujeres, como fue el caso de la parlamentaria Glave Remy. A todas luces no se evidencia ningún dolo, y en todo caso se está frente a un “animus jocandi”. Es claro también que el colega César Rojas hace tiempo dio muestras de un estilo informativo desenfadado, irreverente y mordaz. De modo que a nadie se le puede condenar por esa forma de periodismo pugnaz, picante o satírico. Como reza un viejo adagio, el estilo es el hombre.
Además, cómo no recordar medios dedicados al sarcasmo de grueso calibre, como la revista “Monos y Monadas” de inicios del siglo XX. Empero, el tiempo ha transcurrido y ahora existen las redes sociales en una sociedad que no es naif, como no lo fue el país en pleno siglo XIX, donde se convivió con un periodismo satírico en manos, por ejemplo, del propio Ricardo Palma y sus “Tradiciones en salsa verde”, o bajo la pluma de Abelardo Gamarra, “El Tunante”, y Juan Espinosa Medrano, apodado “Lunarejo”. En suma, de algo que se le puede achacar a Rojas Vidarte es de poseer sencillamente un estilo periodístico con humor negro, pero humor al fin.
@RafaelRomeroVas