¡Rebelión en la granja fiscal!

Alertábamos ayer a la fiscal de la Nación Patricia Benavides, la urgencia de que inicie una investigación a los fiscales Vela Barba y Pérez Gómez, tras su infame actuación al frente de la fiscalía especial Lava Jato.

Desarrollamos ayer el episodio del infame “pacto secreto” suscrito por estos sujetos con Odebrecht, a través del cual el Perú ha dejado de recibir cientos, sino miles de millones de dólares de esa constructora, correspondientes a las indemnizaciones que debió pagarnos; sumadas a los respectivos sobreprecios cobrados y perjuicios causados al Perú.

Acuerdo que estaba equilibrado, según Vela y Pérez, pues a cambio “el Perú recibirá la lista de corruptos a los cuales sobornó Odebrecht –incluyendo a Toledo, Humala, PPK, etc.– identificados con alias o “codinomes” por el departamento de "operaciones estructuradas" de dicha firma brasileña.” Pero los directivos y propietarios de Odebrecht, haciendo honor a su condición de delincuentes –de lo que esos fiscales son conscientes– incumplieron el trato que les correspondía honrar según el “pacto secreto” que suscribieron con el Ministerio Público del Perú, representado por Vela y Pérez. Su obligación exclusiva era la entrega de la relación entera de “codinomes”.

Pese a tamaño incumplimiento, ambos fiscales –si aún puede calificárseles de tales– forzaron a nuestro Estado a cumplir el pacto secreto que ellos promovieron (¿o acaso fue Odebrecht?), que favorece claramente a la constructora condonándole todas sus obligaciones pecuniarias. Incluyendo adeudos tributarios, indemnizaciones jurídicas, multas, etc. Pregunta, ¿Vela y Pérez incluyeron en su pacto secreto con Odebrecht alguna penalidad, en caso esta última incumpliera la entrega de los codinomes? Evidentemente no. Contrario sensu, Vela y Pérez exoneraron a Odebrecht -y a sus ejecutivos- de todo proceso judicial, sin obtener a cambio este beneficio para Perú.

Hoy toca agregar a la inconducta de Vela Barba y Pérez Gómez el reprensible maltrato que ambos infligen a la Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, llegando al extremo de la vesania al advertirle públicamente que no se acerque a Toledo, pues sólo ellos pueden manejar –además en secreto– los testimonios sobre las multimillonarias trapacerías de Odebrecht.

Porque, manifiesta esta parejita de fiscales, "la norma del Ministerio Público precisa que la Fiscal de la Nación no tiene participación alguna en las investigaciones a Toledo Manrique". Como cereza sobre la crema, ambos reniegan sospechosamente toda posibilidad de que Toledo colabore con la Justicia para obtener alguna reducción de su pena.

Sin embargo, el jurista Enrique Ghersi precisa que “salvo el caso de querellas privadas, según la Constitución el Ministerio Público tiene el monopolio de toda acción penal. Y siendo esta una institución jerárquica, es conducida por su titular. De este modo, queda zanjado quién manda a quién dentro de la Fiscalía”.

Quiere decir que ni Vela ni Pérez pueden ningunear, menos desautorizar, a Benavides. Sobre todo porque, desde 2017 a la fecha, Vela y Pérez no han apresado a un solo pez gordo del escándalo Lava Jato. ¡Sospechosísima incapacidad (¿connivencia?), que exige una drástica sanción de la Fiscal de la Nación, para penalizar las inconductas de ambos fiscaletes!

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