¿A quién debe proponer el Rey?
En la España parlamentaria no existen elecciones presidenciales, puesto que corresponde al Rey desempeñar la jefatura del Estado, y al Presidente del Gobierno, las tareas propias de un jefe de gobierno. Éste último normalmente es el líder del partido político con más escaños en el Congreso de los Diputados, por lo que, una vez que obtiene el voto de investidura de la cámara, se convierte en el líder efectivo del gobierno; además, conserva su cargo de diputado, de máxima figura política del grupo parlamentario mayoritario; y, por si fuera poco, de presidente del partido político con mayor poder en el país.
Pero los recientes resultados de las elecciones parlamentarias han provocado dudas constitucionales y un problema para Felipe VI, porque los presidentes de los dos partidos políticos que tradicionalmente gobiernan, el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español, se adjudican el triunfo y solicitan ser los candidatos para formar gobierno. El argumento del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, es el haber logrado el mayor número de escaños en la cámara, lo que en una situación ideal le daría la posibilidad de negociar y concertar con los partidos programáticamente más afines, un gabinete de consenso, multipartidario. Lamentablemente, el PP solo tiene 136 diputados de un total de 350; su aspiración era obtener el apoyo de la tercera fuerza política, pues VOX tiene 33, y también del PNV vasco que controla 5, más el diputado navarro y el canario (PNV y CCa). En primera votación de investidura lograría la mayoría absoluta (176), pero el separatista de centro derecha PNV no quiere participar en una alianza gubernamental con VOX, por lo que, en la práctica, el PP solo aspira a obtener la investidura en segunda votación, por mayoría simple, contando con la abstención de algunos. Pero la elección de la mesa directiva del Congreso de Diputados cambió todo al exponer la falta de prejuicios de Sánchez, quien formó una mayoría con los grupos más radicales ofreciéndoles el referéndum divisionista catalán, la paridad idiomática en los organismos del Estado y la amnistía para los sediciosos condenados.
El artículo 99.1 de la Constitución no dice que el Rey esté obligado a proponer primero al cargo de Presidente de Gobierno, al líder del partido con más escaños, sino que decide su propuesta en función de las consultas obligatorias con los representantes de los grupos parlamentarios y el aval del Presidente del Congreso. Significa entonces que, lejos de someterse a una simple realidad aritmética, el jefe de Estado deberá valorar circunstancias políticas antes de decidir su propuesta, evaluando quién tiene mayores posibilidades de ganar la votación de investidura; y ése, en este momento, es el astuto Pedro Sánchez.
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