¿Qué tan globalizados estamos?
La globalización, la cual surge al final de la guerra fría en la década de los ochenta, ha contribuido hasta la fecha a crear un nuevo orden de interacción mundial, a través del cual las relaciones económicas y comerciales han tomado preponderancia, no solo entre Estados, sino también a nivel corporativo y empresarial. Se caracteriza por el levantamiento de fronteras, la eliminación de barreras arancelarias, movimiento transfronterizo de personas, capitales y tecnologías, diversas religiones, ideologías políticas, culturas, entre otras particularidades.
No obstante, la crisis financiera que se inicia en Estados Unidos en el 2008, y que tuvo efectos en la economía mundial, ha generado cuestionamientos sobre su viabilidad. La elección de diversos gobiernos nacionalista y proteccionistas en diversos países es un síntoma claro sobre las dudas existentes. Sin embargo, puedo afirmar que a pesar de estos hechos, la globalización continúa siendo el orden de interacción más aceptado.
Para el caso del Perú, la globalización representa un reto bastante complejo, el cual redunda en su capacidad de interactuar en ella de manera eficiente y activa. Si bien el fin de la guerra fría se plasmó hace 30 años, durante ese periodo nuestro país ha experimentando una importante transformación en el campo económico, político, social, cultural y empresarial. Empero, todavía nos falta mucho para insertarnos en el orden que rige el mundo actual.
Específicamente, me refiero a la forma de hacer negocios, de cómo nos presentamos en foros internacionales, a la imagen que proyectamos, a todo lo que hacemos para generar una percepción de nosotros, tanto como peruanos, como de país. Hago esta afirmación porque todavía escuchamos a empresarios extranjeros que se quejan por la falta de seriedad de algunas empresas, especialmente pequeñas y medianas vinculadas a la actividad exportadora.
Una participación exitosa en el mundo globalizado depende directamente de nuestra capacidad de adaptación, pero fundamentalmente a nuestra habilidad de comprender que el mundo no gira alrededor del Perú. Desestimar esa realidad sería un error, especialmente ahora que necesitamos una relación próspera y exitosa con el mundo, la cual genere más oportunidades económicas y comerciales para el país. No perdamos de vista la importancia de lograr una integración plena en el mundo globalizado y enfoquémonos siempre en el largo plazo.
Ricardo Romero Talledo - rromero1@hotmail.com